martes, noviembre 28, 2006

evaluacion del weblog

Páginas que ofrecen criterios para la evaluación de los weblogs

http://www.uprm.edu/ideal/rubrica-blog.htm

http://www.uprm.edu/ideal/rubricablogs.doc

http://slideshare.net/teseoperu/los-edublogs/11


Interesantes páginas que ofrecen unas pautas a la hora de evaluar blogs o espacios personales.

lunes, noviembre 20, 2006

Weblogs amigos

Creo que es oportuno hacer mención a los amigos y amigas que han realizado su trabajo, deseo que al igual que yo tengan su oportuno premio por su esfuerzo a los respectivos weblog, esto es un homenaje a todos ellos. Si consigo algún la dirección weblog que falte aquí y que considere oportuno lo iré añadiendo.

http://arroyoesinmenso.blogspot.com/

http://mamenvivaresnntt2006.blogspot.com/

http://esteban-tet.blogspot.com/

http://alexcastilla-cositasbonitas.blogspot.com/

http://perritowapo006.blogspot.com/

http://esther-cilleros.blogspot.com/

http://palacin2006.blogspot.com/

http://aran-2006.blogspot.com/

http://pablino55.blogspot.com/

jueves, noviembre 16, 2006

Más Comunidades virtuales

Indagando más profundamente y siguiendo su consejo buscar las páginas de comunidades virtuales wiki, aquí le nombro unas cuantas. Seguiré con la búsqueda en mis tiempos libres y le iré informando puntualmente de mis progresos.


http://www.comunidades.ipn.mx/portal/DesktopDefault.aspx

Es una página de comunidad virtual, hay apoyo a docentes, necesita crearse una cuenta, pero merece la pena. Ofrecen recursos. Interesante.


http://wiki.hispalinux.es/

Página de la comunidad virtual dedicada al linux.

http://www.redacademica.edu.co/redacad/export/
REDACADEMICA/comunidades/

Es una página que informa sobre cursos de todo tipo de materias, especialmente de informática.

http://www.excite.es/directory/World/Español/
Sociedad/Comunidades_virtuales

Aquí se engloban varias páginas de comunidades virtuales, entre ellas están las anteriormente mencionadas.

http://www.wikilearning.com/

Es una página para aprender a manejar comunidades virtuales.

Más páginas comunidades wikis:

http://comunidadesvirtuales.wordpress.com/2006/06/17/wetpaint-tu-wiki/

http://www.latencia.com/comunidadesvirtuales.html

http://mant.kaywa.com/_rocio-_alba/index.html

http://comunidadesvirtuales.redp.edu.co/index.php?cal_m=12&cal_y=2006

lunes, noviembre 13, 2006

Comunidades virtuales.

Una vez recopilada la información sobre Cáceres en los distintos aspectos que comento y una vez reflexionado sobre lo que dijo esta mañana en clase he decidido indagar sobre comunidades virtuales que hacen mención a nuestra comunidad en general o a nuestra ciudad en concreto, pues bien aquí le informo de distintas webs que son foros de diálogo y recopilación de información, espero que le sea de su agrado:

http://www.tripod.lycos.es/directory/turismo_y_viajes/espa_a/extremadura/

Es un foro sobre gastronomía regional, aquí cada uno aporta información sobre aquello que conoce de la gastronomía extremeña. Para que se pueda informar sobre las distintas localidades tienen puestos distintos enlaces que nos llevan a las páginas particulares sobre las distintas localidades.

http://www.directoriowebz.com/webs-arte-y-cultura/literatura/

Es una web sobre arte y literatura, no se centra en nuestra región; aun a pesar de que no se centra en nuestra región la web es muy decente. Nos aporta información sobre distintos autores y artistas, además al final nos permiten indagar sobre distintos apartados.

http://www.aula21.net/primera/portaleseducativos2.htm

Es una web creada por una comunidad educativa, tiene la finalidad de informar a sus visitantes sobre temas educativos. Ofrecen varias páginas en las que entrar, de todas las materias a enseñar, una de ellas es un proyecto educativo que se hizo en Perú sobre el uso de las tecnologías en las aulas. Su página es:

http://www.huascaran.edu.pe/web/visitante/inicio

Si quieren conocer más información sobre comunidades educativa visiten la página que se menciona anteriormente. Otras webs mencionadas en la página de aula21:

http://www.educared.net

Miren los enlaces que propone son muy interesantes.

jueves, noviembre 09, 2006

Heráldica de Cáceres y Extremaduras


Esta entrada va dirigida a conocer y difundir el significado delescudo de cáceres y de extremadura. Para conocer el origen de los escudos se recurre a la heraldia. He aquí una entrada dedicada por completo a ello.Esta es el quinto bloque de mi trabajo, si me es posible dedicarle más tiempo, mi trabajo (al menos el puntuable) no quedará aquí, quiero ayudar a difundir la ciudad de Cáceres, para que aquellos que no la conozcan puedan juzgarla con un sentido coherente y crítico, y no evaluar a esta encantadora ciudad desde la más pésima ignorancia.

http://es.wikipedia.org/wiki/Cáceres

La tan mencionada wikipedia, ofrece muchos datos sobre cáceres, no sólo se reduce a la heraldia, es una página a las que se debe acudir para conocer las cosas en las que se quieren indagar.

Hipótesis sobre el origen del nombre

No se ha alcanzado consenso entre los historiadores respecto a la etimología de Cáceres, considerando unos su procedencia romana, otros un origen árabe y aún hay quienes especulan con que se trate de un latinismo pasado por el árabe hasta finalmente adaptarse a la definitiva denominación cristiana:
Origen romano: se conocen dos nombres latinos que pudieron derivar al actual Cáceres. Uno de ellos procedería de la colonia, Norba Caesarina (fundada en torno al 25 a.C.), Norba en honor a la ciudad natal de Cayo Norbano, general romano fundador de la villa, y Caesarina en memoria de Julio César. El otro nombre es Castra Caecilia, otorgado por el cónsul Quinto Cecilio Metelo a uno de los campamentos militares.Origen musulmán: existen diversas variantes de la cual aún no se ha determinado cual podría ser la más "correcta". Destaca Qazris o Al Qazrix (literalmente, "ciudad amurallada", nombre dado a partir del siglo VIII), en su versión larga Al-Qazires o Al-Qazeres, e incluso existe la posible deformación Cazires. Otros nombres árabes son Lazris o al-Lazares, e Hizn Qäzrix, denominación surgida a raíz de que se reforzasen las murallas y se erigiesen las torres árabes.
Por otra parte, es común que Cáceres reciba la denominación figurativa y poética de "la [villa] de los mil y un escudos", debido a la considerable cantidad de blasones familiares que adornan tanto las fachadas exteriores como las paredes interiores de muchos palacios. El número de estos adornos, repartidos a lo largo y ancho de toda la ciudad monumental, se estima en torno a un centenar. Desde hace algunos años, Cáceres ha recibido el cariñoso nombre de "la ciudad feliz", dada la alta calidad de vida de sus ciudadanos.

http://extremadura.genealogica.net

Es una página muy recomendable. La introducción la dicta la misma página, que dice así:En esta sección recogemos una serie de claves para llegar a conocer, dentro de lo posible, el escudo que usaron nuestros antepasados. He centrado esta guía en EXTREMADURA, aunque las pautas de búsqueda pueden aplicarse a gran parte del resto de los antiguos Reinos de España.
1. El escudo de un linaje, no de un apellido
Si en la genealogía se encuentran inexactitudes, éstas se multiplican cuando llegamos a la heráldica, ya que aquí interviene directamente el interés comercial de asignar un escudo de armas a todos apellidos. Los escudos de armas corresponden a los linajes (sucesión de personas emparentadas desde una tronco común, conserven o no el apellido del fundador) y por tanto para conocer el escudo de armas que nos corresponde debemos encontrar aquel que fehacientemente usó un antepasado directo nuestro. Una vez localizado habrá que confirmar en base a qué documento o referencia hacía uso de él y, una vez verificada la autenticidad, podremos afirmar que nuestro linaje tiene derecho a usar ese determinado escudo de armas.

2. Dónde buscar documentos válidos en la investigación heráldica
Esta es una relación de documentos oficiales o muy fiables que nos pueden desvelar el escudo de armas familiar:
2.1. CARTAS EJECUTORIAS DE HIDALGUÍA. Los pleitos ante la Chancillería de Granada a veces terminaban con la expedición de Cartas Ejecutorias de Hidalguía, el documento inapelable que exigía el inmediato empadronamiento como hidalgo del litigante (y consortes si los hubiera). Pues bien, este documento incluía un escudo de armas del litigante. Veamos unos ejemplos
Curiosamente, esta Ejecutoria se litigó por parte de Diego y Andrés Ramírez de la Piscina, vecinos de Zafra (Badajoz) en Valladolid y no en Granada como correspondería. El motivo fue que el litigio lo inció el padre de ambos, Cristobal Ramírez, vecino de Briones, pero al fallecer la concluyeron sus hijos, quienes se habían trasladado a Zafra.
Ejecutoria correspondiente a Gonzalo Díaz Casquete de Prado, vecino de Higuera la Real (Badajoz), fue emitida el 8 de agosto de 1564. Compárese este escudo con el que aparece a continuación y que certificó el Rey de Armas en 1802 a un descendiente de este Gonzalo Díaz Casquete de Prado.
El documento era entregado al litigante, sin que en las Reales Chancillerías quedase copia del escudo ( a diferencia del pleito que sí quedaba archivado). Nuestra misión será descubrir qué rama familiar pudo, con el tiempo, llegar a recibir este documento, o bien en que momento salió de la familia y las posiblidades de localizarlo.

2.2 CERTIFICACIONES DE LOS REYES O CRONISTAS DE ARMAS.
En Extremadura, los Reyes de Armas de Castilla tenían como cometido distinguir y determinar el escudo de armas de cada linaje, incluso con la potestad de conceder nuevos escudos de armas si consideraban pertinente diferenciar al sujeto distinguido por tal concesión del resto de su linaje. Diferentes Cédulas y Decretos, legitiman que las certificaciones de un Rey de Armas son definitivas e inapelables. Si disponemos por tanto de una certificación a un antepasado nuestro, tenemos sin duda un escudo que legalmente podemos usar de pleno derecho. Dicho lo anterior, conviene aclarar que en algunos casos los Reyes de Armas certificaron blasones equivocadamente, por error o por falta de investigación previa. En estos casos podemos encontrarnos con dos blasones, uno más antiguo y otro certificado por un Rey de Armas: tendremos pleno derecho a escoger entre uno y otro.

2.3 EXPEDIENTES DE CABALLEROS DE LA ORDEN DE ALCÁNTARA. Si entre nuestros antepasados se incluye un caballero alcantarino, tendremos una posiblidad más de localizar el escudo familiar. A diferencia de las restantes órdenes militares españolas, la de Alcántara exigía en sus expedientes de ingreso la 'prueba armera', es decir, una descripción de los escudos de los cuatro primeros apellidos del pretendiente. El informante, describía, con mayor o menor exactitud, el escudo que se le mostraba, a veces con armas de varios linajes. Aunque en algunos casos estas informaciones resulten confusas, contienen una referencia fundamental para la investigación heráldica.

2.4 CONCESIONES REALES DE ESCUDO DE ARMAS. La mayoría de los escudos tienen un origen inmemorial y se han transmitido durante generaciones, perdiéndose la noción de porqué aparecen unas piezas u otras en él. Sin embargo, muy excepcionalmente los Reyes otorgaron armas nuevas a determinadas personas debido a hechos excepcionales. En algunos casos se trataba de acrecentar las armas familiares y en otros se optaba por un escudo completamente nuevo. La mayor parte de estas concesiones se produjeron durante la Conquista de América: Cristobal Colón, Hernán Cortes, Francisco Pizarro y muchos otros recibieron esta gracia real. Asimismo los reyes de la casa de Borbón acrecentaro las armas familiares de aquellos que les prestaron notables servicios. La dinastía Carlista también pretendió, manteniendo otra tradición real, crear nuevos blasones.

3. Otras referencias heráldicas

3.1 ESCUDOS EN PIEDRA. Si bien en Navarra el colocar un escudo en la casa familiar iniciaba un pleito que concluía en sentencia sobre si se tenía derecho a utilizarlo o no, en Castilla no existió esta rigurosidad. Esto explica que escudos sobre los mismos linajes presenten variaciones que muchas veces correspondían al capricho del cantero que lo hizo. No obstante, son muy buena referencia tanto para localizar las casas solariegas de nuestros antepasados como para identificar enlaces en los escudos compuestos por varias armas.
Escudo de los Montero de Espinosa extremeños, originarios de la villa de Espinosa de los Monteros (Burgos). Los hidalgos originarios de esta villa burgalesa tenían la prerrogativa de formar en exclusiva la guardia noble del Rey de Castilla y posteriormente de España, costumbre mantenida hasta principios de este siglo.
Escudo de los Caro-Guerrero vecinos de Fuente de Cantos, Badajoz. En la primera mitad, cuatro cuarteles correspondientes a: Caro (Cruz flordelisada, sic), Guerrero (Banda) y De León (Tres flores de lis bien ordenadas y león rampante) y en la segunda mitad un complejo escudo correspondiente quizás a Espinosa.
Escudo del que fue último maestre de la Orden de Santiago, D.Alonso de Cárdenas a finales del siglo XV.
Escudo correspondiente a los Jaraquemada extremeños, venidos a Extremadura durante la Reconquista como destacados Caballeros de la Orden de Santiago. Una rama pasó a Canarias y Chile.

3.2 CAPILLAS Y ENTERRAMIENTOS FAMILIARES Otra fuente de investigación nos la aportan las capillas de las antiguas iglesias, que por lo general habían sido erigidas por una familia que a traves de las generaciones se hacía cargo de su mantenimiento. Coronando el altar o en las verjas que daban acceso al mismo solían colocarse las armas de sus fundadores. Igualmente en los enterramientos es posible encontrar escudos de armas.
Este altar de la Encarnación estuvo vinculado al mayorazgo fundado en 1698 por Martín García de Escobar y su esposa Isabel Díaz, pasando a sus descendientes de apellido Jaraquemada, quienes al reformarlo bajo la advocación de la Anunciación colocaron sobre él las armas de los Jaraquemada.

3.3 BIBLIOGRAFÍA HERÁLDICA
Estas publicaciones nos pueden ayudar en nuestra búsqueda:
Estudios sobre heráldica extremeña
-Nobiliario de Extremadura. Barredo de Valenzuela Arrojo, Adolfo; Alonso de Cadenas López, Ampelio , Ed. Hidalguía, iniciada en 1996, aún en publicación.
-Guía heráldica de Cáceres. Cordero Alvarado, Pedro: .Ed.García Plata, Cáceres 1989.
-Piedras Armeras de Jerez de los Caballeros.Cordero Alvarado, Pedro. Badajoz, 1996.
-Blasones de Valencia de Alcántara. Cordero Alvarado, Pedro. Ed.Exmo.Ayuntamiento de Valencia de Alcántara, 2002.
-Alburquerque en sus escudos y monumentos. Cordero Alvarado, Pedro. Alburquerque, 1999.-Trujillo, guía monumental y heráldica. Cordero Alvarado, Pedro. 1996.
-Escudos de armas y enseñas de la ciudad de Mérida. Varios autores. Diputación de Badajoz, 2001.
-Catálogo de las labras heráldicas de la ciudad de Villanueva de la Serena (Badajoz). Cotta Marquez de Prado, Fernando de. Maldonado y Cocat, Ramón José: . Ed. Hidalguía, Madrid 1958.
-Repetorio heráldico de Cáceres. Escudos nacionales y locales y de las familias primates. Floriano Cumbreno, Antonio. . Rev.Estudios Extremeños, Badajoz 1950.
-Piedras Armeras de la provincia de Badajoz. Solar y Taboada, Antonio del; y Rújula de Ochotorena, José de. Badajoz, 1930.
Los diccionarios heráldicos
Finalmente, si no nos es posible la investigación directa o la bibliografía específica sobre Extremadura no nos aporta ningun dato, siempre nos cabe recurrir a los diccionarios heráldicos, aunque teniendo siempre presente la advertencia inicial: los escudos corresponden a los linajes, no a los apellidos. Por tanto, en estos diccionarios encontraremos información de escudos para casi todos los apellidos, pero no será el escudo de nuestros antepasados si no obtenemos una genealogía y unas pruebas de uso del escudo que lo demuestren. Los diccionarios españoles más destacados son:
-Alonso de Cadenas y López, Ampelio y Cadenas y Vicent, Vicente - "Heraldario Español, Europeo y Americano". ( a destacar que no solo muestra escudos de armas, sino el lugar de origen de los mismos). Ed. Hidalguía. Madrid, 1.991-1.998. 5 vols.
- Atienza, Julio de: Diccionario heráldico de apellidos. Ed.Aguilar, Madrid 1948.
-Cadenas y Vicent, Vicente de: Repertorio de Blasones de la comunidad Hispánica, Ed. Hidalguía 1964-69.
- García Caraffa, Alberto y Arturo: Diccionario genealógico y heráldico hispanoamericano. Madrid 1922
- Gonzalez-Doria, Fernando: Diccionario heráldico y nobiliario de los reinos de España. Ed Bitácora, Madrid 1987Last Updated ( Friday, 04 February 2005 )

lunes, noviembre 06, 2006

Semana Santa: pasado, presente y futuro


Esta entrada se la dedico a todos los cofrades de la Semana Santa Cacereña, entre los que me incluyo yo, y también a aquellos que respetan una tradición antiquísima, no sólo por su carácter religioso, sin también a su aprecio por el arte que se manifiesta en las distintas tallas de cada cofradía. Espero que os agrade.

La primera web en la que busqué me la ofreció el google: www.google.com , uno de las webs fue ésta: http://www.caceresjoven.com/paginas/turismo/ssanta/ssanta1.asp.
En un principio no parecía gran cosa, pero indagando en la página descubrí un enlace en la que detallaban los datos de las cofradías. Esta página la conocía de antemano, pues en uno de los trabajos en los años anteriores acudí a ella para fundamentar el trabajo. La página ofrece un introducción sobre la Semana Santa en Cáceres, dice así:

INTRODUCCIÓN A LA SEMANA SANTA DE CÁCERES

La Semana Santa Cacereña se desarrolla en su gran parte por el maravilloso Conjunto arquitectónico de la Ciudad Antigua. Es el escenario de este acontecimiento de fe, cultura y tradición que año tras año, va congregando a miles de cacereños y forasteros a tal acontecimiento.
Comienza la misma, con el pórtico de la Semana Santa, que es el Pregón, realizado por persona de elevado prestigio o entre cacereños donde en ellos se hace patente el amor y la entrega a la Semana Santa Cacereña. Anteriormente se ha presentado la Guía Oficial y el Cartel Oficial de la Semana Santa ante los Medios de Comunicación de la ciudad estando presente todas las cofradías y las Entidades colaboradoras con la Semana Mayor Cacereña.
La Semana Mayor Cacereña la componen las doce Cofradías Penitenciales de la ciudad coordinadas todas por la Unión de Cofradías Penitenciales, y a su vez, por la Delegación Diocesana de Cofradías y Hermandades de la Diócesis de Coria Cáceres. Comienzan sus desfiles profesionales el Domingo de Ramos, y lo finaliza el Domingo de Resurrección llegando a procesionar por las calles y puntos de la ciudad un total de 17 desfiles, 37 pasos procesionales y más de 3.000 cofrades participativos, ascendiendo el número de adeptos a las cofradías en más de 8.000 personas.
Todos los desfiles a excepción de dos, que el único acompañamiento musical que llevan es un tambor, y uno de ellos una esquila o campana, realizan su Estación de Penitencia con Bandas de Cometas y Tambores de la ciudad a excepción del Domingo de Ramos, que lo hace la Compañía de Romanos, con su Banda de Cometas y Tambores de la Ciudad de Bolaños, Ciudad Real.
Las Bandas De Cometas y Tambores son :
Banda de Romanos, Cornetas y Tambores de la Cofradía de los Ramos.Banda de Cometas y Tambores de la Cofradía de Las Batallas.Banda de Cometas y Tambores del Cristo del Humilladero.Banda de Cometas y Tambores de la Cofradía de la Sagrada Cena del Señor.Banda de Cometas y Tambores del Cristo del Amor.Banda de Tambores de la Cofradía de la Vera Cruz.Banda de Cometas y Tambores de la Organización Juvenil OJE.Banda de Música de la Excma. Diputación Provincial de Cáceres.Banda de Música del Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad.

A continuación detallan el seguimiento día a día en el transcurrir de la semana. Dice así:

Domingo de Ramos

Comienza los desfiles profesionales la Cofradía de los Ramos Cristo de la Buena Muerte y Santísima Virgen de la Esperanza.
Son tres desfiles procesionales los que realiza, partiendo todos ellos desde la Iglesia de San Juan situada extramuros de la Ciudad Antigua.
El primer desfile, es el Domingo de Ramos, con el Paso ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN , es una Estación de Penitencia eminentemente de niños, que se realiza después de la bendición de las palmas a las 12.00 horas.
Su segundo desfile lo realiza el Martes Santo a las 20.00 horas con el Paso JESÚS DEL PERDÓN acompañando a la misma varios penitentes con cruces de madera y descalzo. Su tercer desfile lo realiza el Miércoles Santo a las 20.30 horas con los Pasos CRISTO DEL PERDÓN NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA es un cortejo dónde destaca el paso de la virgen por sus dimensiones y palio. El acompasamiento es de mujeres ataviadas con la Clásica Mantilla Cacereña.
El hábito de esta cofradía es el siguiente: Hermanos de Carga, túnica blanca, cíngulo de lana amarillo a la cintura distintivo de la cofradía con cordón verde y capelina azul. Hermanos de Escolta: túnica blanca, cíngulo de lana amarillo a la cintura capa larga azul cirio y capuchón azul.

El Lunes Santo

Tiene lugar la Estación de Penitencia de la Excma. E Ilustre Cofradía Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de las Batallas y María Santísima de los Dolores, Servitas.

Realiza esta Cofradía dos desfiles procesionales, el lunes y el sábado Santo.

Esta Cofradía procesiona desde la Catedral De Santa María a la Mayor, corazón de la Ciudad Antigua a las 21.00 horas con los Pasos Cristo de las Batallas. Santísima Virgen de los Dolores y Cristo del Refugio, su desfile baja a la Plaza Mayor y se adentra en la ciudad antigua. Sus cofrades van todos cubiertos con un verduguillo negro y la acompaña la Estación de Penitencia la Banda de Cometas y Tambores de la Cofradía.

El hábito es el siguiente: Hermanos de carga, túnica roja, cíngulo de lana amarillo a la cintura, distintivo con cordón rojo, guantes negros y zapatos negros, y verduguillo negro. Para los Hermanos de Escolta, túnica roja, capa larga negra, capuchón negro, cíngulo de lana amarillo a la cintura, distintivo con cordón rojo y guantes, zapatos negros, van acompañando a la Virgen de los Dolores mantillas cacereñas.
El segundo desfile el Sábado Santo, lo realiza desde la iglesia Catedral de Santa María a las 20.30 horas con el Paso Nuestra Señora del Buen Fin y Nazaret, acompañando a la imagen, la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía, sus hermanos descarga y escolta es e mismo, verduguillo color azul con hábito blanco, zapatillas de hebreo, y los hermanos de escolta es turbante hebreo a la cabeza.

Martes Santo

Tiene lugar la Estación de Penitencia de la Cofradía Penitencial de Santo Cristo del Amparo, que tiene su salida el Martes Santo, a las 23.00 horas, desde la Ermita del Santo Cristo del Amparo, que se encuentra camino del Santuario de la Montaña, a las afueras de la ciudad.
Es una de las dos cofradías que en sus desfiles no lleva la banda de música, y si un tambor. El hábito de sus hermanos es el siguiente: Hábito hermanos de carga: guantes y zapatos negros, túnica negra, verduguillo negro, capa larga color púrpura, cíngulo de cuerda a la cintura y cordón negro con su distintivo. El hábito de los hermanos de escolta es el mismo que el de los de carga, a excepción del verduguillo por el capuchón negro, y portando un farol de mano. Este desfile procesional va realizando la estación de las siete palabras en absoluto silencio, adentrándose en el barrio antiguo.

Miércoles Santo

Realiza el desfile procesional La Muy Solemne, Venerable y Pontificia Cofradía Hermandad del Santo Crucifijo de Santa María, Cristo Negro. Tiene su sede en la Iglesia Catedral de Santa María. Realiza su desfiles a las 12.00 horas de la noche. Es otro de los desfiles procesionales que no lleva acompañamiento de música, y sí un tambor y una esquila o campana. Procesionan cuarenta y cuatro cofrades solemnes, según sus normas, en absoluto silencio por la ciudad antigua. Su hábito es negro, a modo de frailes con capucha negra, guantes y zapatos negros, cíngulo de cuerda a la cintura y cordón negro y blanco con distintivo de la cofradía. La imagen con la que procesionan es el Santo Crucifijo de Santa María , conocido como Cristo Negro.

Jueves Santo

Realiza el desfiles procesional la Cofradía de la Sagrada Cena del Señor. Tiene su salida del Templo Parroquial de Santiago el Mayor, situado extramuros de la ciudad antigua. Es una cofradía de muy reciente creación que año tras año va aumentando el número de hermanos. Procesiona por zonas colindantes con la ciudad antigua. El paso es el de la Sagrada Cena del Señor, de dimensiones muy grandes y difícil dirección . Sus cofrades llevan: Hermanos de carga, hábito de color hueso y capelina de color morado, con el distintivo correspondiente, los cofrades de escolta, igual, pero con capuchón de color granate- morado. Suelen ir niños en el desfile que van portando unas varitas con el distintivo de la cofradía . Actualmente el paso se compone de cinco imágenes, que año tras año se va completando de forma paulatina. La hora de salida es hacia las 11,30 horas de la mañana.
Tiene lugar el desfile procesional de más duración, perteneciente a la Cofradía- Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Amor y María Santísima de la Caridad. Tiene su sede en el Iglesia Parroquial de San José, alejada del centro histórico. Su desfile procesional se va adentrando hacia las calles céntricas de la ciudad cercanas al entorno histórico. El desfile posee dos pasos: el Santísimo Cristo del Amor y la Santísima Virgen de la Caridad.
El hábito de los hermanos de carga y escolta es el mismo, verduguillo color azul, zapatillas de hebreo, y los hermanos de escolta es turbante hebreo a la cabeza.
Una de las procesiones más características de la ciudad, la Santa y Vera Cruz. Cofradía ésta que tiene su sede en el Templo Parroquial de San Mateo, corazón de la ciudad antigua. Realiza su desfile procesional a las 20.00 horas de la tarde del Jueves Santo, después de los Santos Oficios. Sus cofrades visten túnica morada, con cordón granate a la cintura y distintivo de la Vera Cruz en un lado del pecho. Sus pasos son: La Flagelación, La Oración en el Huerto, El Beso de Judas, El Santo Cristo de la Expiración y Salud y la Santísima Virgen Dolorosa de la Cruz.
Acompaña al cortejo una banda de tambores de la cofradía, cerrando el mismo la banca de música del Ayuntamiento. Una vez terminada la Estación de Penitencia, se realiza un oración en la Plaza de San Mateo, con todos los pasos colocados en un orden horizontal.
Realiza el desfile procesional la única cofradía que lo hace por un barrio periférico de la ciudad, la Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero y María Santísima Corredentora. Sus cofrades visten túnica roja, con capelina blanca, cíngulo a la cintura y distintivo de la cofradía. Es conocida como la Cofradía del Espíritu Santo, popularmente hablando, al tener sus sede en l a antigua Ermita del Espíritu Santo, y es de donde sale en procesión, a las 23.00 horas de la noche del Jueves Santo. Sus pasos son: El Santísimo Cristo del Humilladero, María Santísima Corredentora y el Señor de la Columna.

Viernes Santo

Realiza el desfile procesional una de las cofradías más enigmáticas, la denominada Pontificia y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia. Realiza el desfile procesional en la madrugada del Viernes Santo, a las 05.00 horas, desde el Templo Parroquial de Santiago el Mayor, y presidiendo el desfile, Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocido como el Padre de todos los cacereños. El desfile procesional consta de los siguientes pasos: Nuestro Padre Jesús Nazareno, La Magdalena, La Caída, La Verónica, El Calvario, EL Santo Cristo de las Indulgencias, El Calvario Vacío y La Virgen de las Angustias. Es característico observar el paso de dicho cortejo por la ciudad antigua, sobre todo al amanecer del Viernes Santo, en la bajada de los Adarves cacereños, para dar paso a la Plaza de Santa María la Mayor. Es conocida popularmente como la procesión de La Madrugada, y goza de gran cantidad de hermanos, siendo la más numerosa. Túnica morada con cíngulos amarillos, para hermanos de carga, y con capa larga blanca y capuchón blanco, para hermanos de escolta.
Realiza el desfile procesional una cofradía de largo recorrido y que toca zonas del Cáceres moderno y antiguo, es la Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazareno Padre Jesús de la Expiración y Nuestra Señora de Gracia Esperanza. Posee su sede en la Ermita de Nuestra Señora de Gracia, carretera de Mérida, saliendo en procesión desde San Mateo, corazón de la ciudad antigua. El paso es el de Nuestro Padre Jesús de la Expiración, de grandes dimensiones, y con la particularidad que va tapado con un faldón. Sus hermanos van cubiertos con venduguillo azul, túnica negra y capelina azul. Los hermanos de escolta llevan igual hábito, pero capuchón y capa larga azul y velones.
Cuando llegan al final de su recorrido realizan la ceremonia de la expiración, de enorme vistosidad, en la Plaza de San Mateo.
Realiza el desfile procesional una cofradía conocida popularmente como la de los Estudiantes, pero su nombre es el de Cofradía del Vía Crucis del Santísimo Cristo del Calvario de los Estudiantes. Tiene su sede en la Iglesia de los Padres Franciscanos de Santo Domingo, situada en una zona muy cacereña. Realiza su desfile a las 12.00 horas, y es de gran vistosidad, por ser acompañada con gran cantidad de mantillas con claveles rojos. El paso es el Santísimo Cristo del Calvario, en un posición inclinada, sobre dos columnas y de grandes dimensiones, sobre un manto de claveles rojos.
Realiza el primero de los dos desfiles procesionales la Ilustre y Real Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y del Santo Entierro. El primero de sus desfiles procesionales, catalogado como el oficial, al ir representadas en el mismo todas las cofradías con sus estandarte y algunos miembros de las mismas, con sus túnicas y varas de mando. También van en el cortejo las diferentes autoridades civiles, eclesiásticas y militares. Es, por tanto, la procesión oficial de la Semana Santa Cacereña. Tiene su salida desde la popular y cacereña Ermita de la Soledad, prácticamente en el interior de la ciudad antigua, para ir atravesando la misma, con los pasos de Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad. Sus cofrades visten hábito totalmente negro, guantes y zapatos negros. Es un largo cortejo procesional, donde se refleja la organización de todas las cofradías al respaldo del Cristo Yacente. Es importante observarla a la llegada de la Plaza Mayor, donde es recibida por gran cantidad de personas. Realiza el desfile a las 20.00 horas.

Domingo de Resurrección

Su segundo desfile lo realiza el Domingo de Resurrección, a las 12.00 horas, desde la Ermita de la Soledad, con los pasos de Cristo Resucitado y Virgen de la Alegría. Lo característico de dicho cortejo es que cada imagen lleva un recorrido diferente, para juntarse en la Plaza Mayor, donde se lanzan cohetes y globos, así como palomas, reuniéndose el cortejo y procesionando conjuntamente hasta la Ermita de la Soledad. La ceremonia de la Plaza Mayor es seguida por gran cantidad de personas.

Para finalizar con esta página detalla aspectos de cada cofradía, clasificándolas según la datación de las mismas:

COFRADÍAS FUNDADAS EN LOS SIGLOS XVI Y XVII.

REAL E ILUSTRE COFRADÍA DE LA SANTA Y VERA CRUZ

Nacida bajo los auspicios de la Comunidad Franciscana, guardiana del Convento de San Francisco el Real Extramuros de la Ciudad de Cáceres.
Las más antiguas Ordenanzas de esta Cofradía que se conocen son las formadas el día 3 de mayo de 1521, por la llamada vulgarmente Cofradía de la Vera Cruz, frase que puede considerarse como prueba de que ya existía, aunque no estemos en condiciones de asegurar, con tan endeble argumento, si existían otras regias anteriores o hasta entonces se habían seguido otras consuetudinarias.
Fue la primera y única cofradía “ de sangre”, disciplinantes, existente en Cáceres. En la época de su fundación, la cofradía contaba con veinticinco caballeros, portadores de hachas, y treinta y cinco disciplinantes. Entre los primeros, se encontraban los apellidos más ilustres de la Villa, sin que faltase inscrito en ella un nombre, que pocos años después tuvo un destacado papel en América, es el caso de Álvarez Holguín , sobresaliente paladín de Francisco Pizarro; o Francisco de Paredes, quien es sus días juveniles había sido paje de Isabel la Católica.
Por su parte, el pueblo llano (tejedores, zapateros, tundidores, hortelanos, zurradores y, hasta el cantero Diego de Roa) engrosaba el grupo de los Disciplinantes.
Álvaro de Paredes deja para gastos de cera y otras cosas, el remanente de su fortuna.
En aquellos años del siglo XVI, en la tarde del Jueves Santo, todos los cofrades concurrían a San Francisco, sin armas de ninguna clase, confesados, jurando ante el mayordomo y uno de los cuatro alcaldes, hallarse perdonados y contritos. Llevaban preparadas sus disciplinas y sus cuerpos despojados, cubiertas sus caras y exentos de cualquier signo por donde pudiera identificárselas. Todos debían asistir a la procesión, excepto los que, por enfermedad o por encontrarse a más de tres leguas de Cáceres, estaban imposibilitados para hacerlo.
Con sumo orden la procesión salía de San Francisco, iniciándose el cortejo con la Cruz, alumbrada por sendos hachones, portados por muchachos que cantaban, seis frailes ordenaban el cortejo que seguramente por la calle de Fuentenueva, marchaban hacia San Mateo, donde se rezaba de rodillas un Padrenuestro ante el Santísimo. Continuando por la actual cuesta de la Compañía, se llegaba al templo de Santa María, donde se procedía de igual modo. Por la de Tiendas y la cuesta del Maestre se alcanzaba Santiago, donde se procedía de igual forma, para, marchando por las calles de Godoy, Zapaterías, Plaza Mayor y Pintores llegar a la de San Juan donde se repetía idéntico acto. Este recorrido se mantuvo durante siglos, hasta el punto que llegaron a conocerlo nuestros padres.
Cuando la Procesión de los Disciplinantes retornaba al Convento de San Francisco, el mayordomo tenía preparadas esponjas y toallas para lavar las heridas, huellas de las disciplinas sobre las espaldas de los disciplinantes.
También tenía dispuesto queso y otras viandas con las que se ofrecía un ágape, previsto en las Ordenanzas, aunque esta colación fue suprimida desde los primeros momentos, así en el acuerdo tomado el 27 de marzo de 1523 se pospone hasta que la cofradía tenga tanta renta para ello y para los gastos que tiene.
En 1528, ante el subterfugio de no pocos, que se marchaban de la población durante los días de Semana Santa, para no disciplinarse, se amplió la distancia mínima exigida, para justificar la inasistencia a aquella procesión.
En el reinado siguiente, el de Felipe II, las cofradías adquieren nueva pujanza, llegando unas a invadir el campo de las otras, como ocurrió en la disputa mantenida por la Cofradía de la Vera Cruz y la de la Misericordia, en lo tocante a los entierros de los ajusticiados que el día 12 de junio de 1569, para quitar pleitos y diferencias entre ambas dos cofradías, se realiza una concordia, pues alegaba la de la Misericordia desde mil cuatrocientos noventa y siete años acá y muchos días antes había venido realizando la inhumación, honras fúnebres y sufragios de los ajusticiados, cuyos restos mortales les eran concedidos, previa solicitud a la Justicia, siempre que los ajusticiados no fuesen reducidos a cuartos o se ordenase que debían permanecer en el rollo. La concordia fue firmada por Diego de Castaneda como mayordomo de la Vera Cruz y Bias Sánchez de la Misericordia conviniendo que: cuando se ejecutase algún reo, ambas cofradías lo acompañarían, desde la cárcel hasta el rollo o palo. Con el Cristo de la Cofradía de la Misericordia al frente, acompañado por cofrades con hachas (dos de cada una de las citadas hermandades), se formaría el trágico cortejo. Aquellos cofrades, previamente, habrían pedido por calles y caminos. El caudal obtenido se dividiría por partes iguales para gastos de entierro y exequias, y, la otra mitad, para sufragios. En caudal obtenido se dividiría por partes iguales para gastos de sus restos en el rollo o palo, el dinero lo tomarían por mitades cada una de las cofradías postulantes para dedicarlo a sufragios por el alma del ajusticiado.
Bien por la intervención de personas de autoridad y prestigio, bien porque el buen sentido se impuso entre los responsables de esta Cofradía y la de la Misericordia, se llegó a un acuerdo amistoso, para realizar, durante treinta días, el planteamiento de un nuevo pleito, sobre asistencia a los ajusticiados.
El día cuatro de febrero de 1590 se designaron por los de la Misericordia sus representantes que al día siguiente llegaron a este acuerdo: La limosna obtenida se aplicaría a los gastos de sepultura y mortaja y lo que sobrase se repartiría por igual entre ambas hermandades. Exigiendo los de la Misericordia, como condición, que no asistiesen los de la Cruz a las exequias, ni fueran obligados a ello, pues sólo debían asistir los de tal cofradía y, si fuera necesario comprar alguna ropa para el reo, se pagaría entre ambas hermandades.
Se entró en conflicto con la del Cristo de Santa María, por lo que se refiere a celebrar la Fiesta de la Invención de la Cruz, pues la de la Vera Cruz reclamaba la exclusiva en Cáceres de tal festividad. La sentencia dada por el juez provisor (Coria 23 de diciembre de 1625 ) era favorable a que dicha cofradía celebrase tal fiesta. La sentencia fue recurrida por el mayordomo de la Vera Cruz, Francisco Jiménez Ojalvo, ante el Juez Metropolitano que dictó otra (Salamanca, 25 de mayo de 1626), estableciendo una sola Fiesta el 3 de Mayo, a organizar por la Vera Cruz, en el Monasterio de San Francisco.
Pese a las muchas circunstancias difíciles que en el devenir de los tiempos habían incidido sobre esta Cofradía, los siglos XVII ( en particular su ultimo cuarto) y XIX fueron especialmente duros para todas las cofradías, y en particular para la que nos ocupa.
Primero fueron las leyes dictadas por Carlos III, inspiradas por su ministro Floridablanca, dentro del paquete de reformas que presentó ante el Rey, se incluía la supresión de las procesiones de disciplinantes, que constituían la razón de ser y desde la fundación de ella, como de sus homónimas, principal manifestación de sus cultos externos.
El establecimiento en Cáceres, en abril de 1791, de la Real Audiencia de Extremadura, supuso la llegada de un estamento funcionaria¡ novedoso en la población, cuya presencia se manifestó en las relaciones de hermanos de nuestras cofradías ; así, en la que nos ocupa, tomaron carta de hermano, don Pedro Neyra Dávila, escribano de Cámara de lo civil y su esposa.
Después, y apenas superada aquella crisis de identidad, en el reinado siguiente, el de Carlos IV, un Real Decreto (19 de Septiembre de 1798), establecida la venta, en pública subasta, de todos los bienes raíces de las cofradías, cuyo caudal se colocaría a un interés del 3% en Real Caja de Amortización , que a duras penas, siempre con déficit, se aproximaba a los ingresos anteriores. Pero pronto se olvidaría la Real Hacienda de aquella obligación que en el siglo siguiente en pocas ocasiones se hizo efectiva, dando lugar a una larga serie de infructuosas reclamaciones y lamentos, por la precaria situación económica en que quedaron estas asociaciones religiosas.
Aquellas viñas en el Casar, inmuebles en las calles de Nidos, Sande, Parras, Gallegos, Arco del Rey, Fuente Nueva Plaza Mayor, la Sierpe, Puerta de Mérida, hierbas de la dehesa de la Coraja y la huerta del Rol en la Ribera de Cáceres le habían venido produciendo el caudal suficiente para cumplir con sus obligaciones estatutarias.
A finales del siglo XVII sabemos que los hermanos de carga de la Vera Cruz tenían túnicas negras, mientras que los que llevaban hachas y velas las tenían “de cola”. La intromisión de los poderes civiles en la vida interna de las cofradías se hace incesante. Los corregidores asisten a las juntas generales de estas, cuando en ellas se iba a proceder a la elección de cargos o a la aprobación de cuentas.
Constituyendo esta asistencia un nuevo gasto, dado que la misma era pagada.
Por otra parte el poder civil apremia a las cofradías en el cumplimiento de antiguas Leyes, como la que estipulaba la sanción real para la aprobación de sus estatutos. De tal modo que se ven en la necesidad de redactarlos de nuevo, dando paso a las innovaciones que en sus unos se les habían impuesto. Así la cofradía que nos ocupa, la pionera en presentar nuevos Estatutos, los forma en su Junta General, celebrada el 28 de octubre de 1804, que debidamente informados por la Junta Suprema de Caridad y la Real Audiencia Provincial, fueron aprobados por el Real Consejo el 23 de junio de 1806.
Lo más novedoso del nuevo ordenamiento fue la desaparición de todo lo que se refería, en el anterior, a la práctica de la disciplina. Sin embargo se preveía celebrar una nueva procesión el día 3 de mayo, Fiesta de la Invención de la Cruz, con la imagen de Santa Elena, la madre del Emperador Constantino, por haber sido ésta la que patrocinó en el Monte Calvario las excavaciones que dieron lugar al descubrimiento de la Cruz y otros instrumentos de la Pasión. También se asignaban treinta reales al Corregidor por cada vez que presidiera las juntas de la Cofradía. En 1804 se reparten entre la Comunidad Franciscana y los cofrades asistentes a la procesión 981 reales, en sustitución del agasajo que habitualmente se les ofrecía, por haberse reducido a dinero el que antes se daba en vino.
A pesar de la infelicidad reinante (que origina entre 1807 y 1808 la devolución de numerosas cartas de hermanos, a los que se les resarcía de su importe), se adquiere la actual Cruz de Guía, realizada en madera por Sebastián Paredes, pintada y barnizada por Tomás Hidalgo, siendo el platero Alonso León el encargado de confeccionar los remates y el título.
Por su parte se adquirió para la Ermita del Humilladero, que pertenecía a la Cofradía, una nueva imagen de Nuestra Señora, que sustituiría a “del Madroño”, reiteradamente mandada enterrar en las visitas episcopales.
Toda la vida de la Cofradía como la de la propia Nación se va a ver profundamente alterada con la Invasión Francesa. Las procesiones penitenciales de 1809 se suspenden ante la noticia, dada por el espía de la Junta Provincial, don Isidoro Montenegro , afirmando habían salido de Arroyo un contingente de tropas francesas con dirección a Cáceres.
Pero fueron sin duda los momentos más difíciles para la Cofradía, dentro de aquella Guerra, los vividos en 1811; del 12 de octubre a los últimos días de aquel mes. La ocupación de Cáceres por parte de las tropas de Girard, cuyas depredaciones parecieron incidir con más furor sobre los edificios religiosos, situados en las inmediaciones de la población y al borde de la Vía Lata, o Camino de Andalucía; así del Convento de San Francisco hubieron de sacarse las imágenes y otros efectos que se llevaron a la Ermita de la Soledad. Desgracias que no vinieron solas pues a ellas se sumó la suspensión del pago de los intereses devengados por las cantidades impuestas en la Real Caja de Depósitos.
Sin embargo en el transcurso de la Guerra de la Independencia se celebraron procesiones; así en 1811, aunque hubo de recurriese al arbitrio de pagar a dos hombres para llevar las imágenes del Jueves Santo, por lo que no nos extraña que en 1813 se exonerase a Agustín Solana del pago de la carta de hermano con la carga de llevar el Jueves Santo una de las imágenes del Señor del Huerto o de la Columna.
Si los invasores franceses se cebaron, en octubre de 1811, sobre el Convento de San Francisco, en otro octubre, el de 1823, fueron los parciales del empecinado los promotores de nuevos destrozos que no parece afectaron al patrimonio de la Cofradía de la Vera Cruz.
Pero en este cúmulo de desgracias llegó una nueva: la desamortización de Mendizábal. Por Real Orden de 11 de octubre de 1835, se clausuraba el Convento de San Francisco y la Cofradía de la Vera Cruz, tras más de trescientos años canónicamente establecida en él, se vio forzada a abandonarlo, para nunca más volver.
Para la procesión de 1837 el obispo diocesano ordenó la asistencia a la misma de todos los sacerdotes de las cuatro parroquias que así suplirían a los frailes del extinto convento franciscano.
Las Guerras entre Cristianos y Carlistas, entre Liberales y Tradicionalistas , obligaron a construir determinadas fortificaciones en la Plazuela de San Mateo, punto estratégico de observación y defensa, que impedían el tránsito de la procesión, obligada, en 1838, a salir desde Santa María, alterando su habitual itinerario.
En ese mismo año el Boletín Oficial de la Provincia, del sábado 3 de marzo, relacionaba los bienes del extinto convento de San Francisco, con vistas a su pública subasta, y entre ellos los pasos del Señor Orando en el Huerto y el del Atado a la Columna, especificando que los mismos se encontraban en la Ermita de la Soledad, sin que sepamos como se libraron de tal peligro.
Aquellas circunstancias y el consiguiente cambio de itinerario permanecieron en 1839. Mientras que en 1840, el año del hambre del XIX la pertinaz lluvia de aquel Jueves Santo obligó a suspender la procesión de esta Cofradía.
La asunción de la Beneficencia por el Estado dio lugar a la Ley de 2 de septiembre de 1840, que fue soslayada por la cofradía, defendiendo su pervivencia, al hacer constar que, entre sus obligaciones, la Cofradía tenia la de asistir a los entierros de los que mueren en el Hospital Civil (obligación que compartía, en turnos de tres meses, con la del Nazareno, Soledad y Caridad, lo que justificada su existencia en virtud de lo expresado en el artículo 6, disposiciones 1 y 2 de aquella misma ley).
Mientras, los obispos diocesanos seguían procurando la mayor solemnidad de la Procesión del Jueves Santo, disponiendo que los oficios de la tarde de dicho día se efectuasen tras la celebración de dicha procesión, a fin de que todo el clero parroquia asistiese a ella.
Los compromisos del Estado, relativos al pago de la renta del 3% procedente de los bienes depositado en la Real Caja de Amortizaciones, no se cumplían. Ello obligó a la Vera Cruz a nombrar un agente en Madrid, don Robustiano Boada, para que hiciese una serie de reclamaciones en la Dirección General de la Deuda Pública y demás dependencias del Estado.
En su procesión del Jueves Santo de 1880 presentó esta Cofradía una novedad digna de registrar: al consabido trompetero que habitualmente acompañaba musicalmente estos cortejos profesionales ( hasta los primeros años del presente siglo en que lo hacía uno de sobrenombre “Cantares” y de oficio enterrador). Se sumó una Banda de Música, la de la Excma. Diputación Provincia, formada con educandos procedentes de los Colegios Provinciales, y dirigida por don Francisco Cisneros. Cobrando por su asistencia 50 reales.
En este orden de cosas hay que destacar: La organización, también por los de la Vera Cruz, de un Miserere con orquesta incluida. Sin embargo la carencia de cofrades era evidente, al menos de personas pertenecientes al pueblo llano, lo que obligaba a gratificar con cinco pesetas a los encargados de portar las imágenes.
En los comienzos del presente siglo una serie de donaciones renuevan las imágenes de dicha Cofradía, así la del Señor Orando en el Huerto que desde talleres de Barcelona, donde fue tallada, llega a Cáceres en 1905.
Del mismo modo que en 1913, doña Adela Carvajal dona la talla de Jesús Amarrado a la Columna obra del escultor, de escuela madrileña, Francisco Font.
En 1935 se estrena el Paso del Beso de Judas o Prendimiento, procedente de Valencia. Durante muchos años fue el más monumental de los pasos de misterio de la Semana Santa Cacereña.
El 3 de mayo de 1953 se procesiona, por vez primera, la imagen de la Dolorosa de la Cruz, réplica de la vallisoletana de Gregorio Hernández, tallada por el escultor de la capital castellana por Antonio Vaquero y donada por el que fuera a lo largo de muchos años director espiritual de esta cofradía y párroco de San Mateo, don Santiago Gaspar.
Cuenta en la actualidad esta cofradía con ochocientos cuarenta y cinco hermanos que visten túnica morada, ceñida con cordones de lana roja y negra. Llevando los de escolta escapulario blanco con una gran cruz por delante y capuchón rojo que sustituyó en mil novecientos cincuenta y dos a los, desde hacía muchos años utilizados: Verdes, que escoltaban al paso del Señor Orando en el Huerto. Rojos al del Beso de Judas. Y morados al del Amarrado a la Columna.
Desde 1997 ha incorporado a su desfile procesional la imagen del Cristo de la Expiración, bella talla gótica del siglo XV.

REAL COFRADÍA DE LA SOLEDAD Y SANTO ENTIERRO

Tal vez, desde el primer tercio del siglo XVI, existía la piadosa costumbre de subir hasta el lugar y ermita del Calvario, para oír el Sermón del Domingo de Pasión, y el Viernes Santo para escuchar el Sermón de la Soledad.
Prácticas piadosas que, me atrevo a sugerir, comenzaron a impulsos de los frailes del vecino, y más arriba citado, Convento de San Francisco el Real, pues, más adelante, se dirá cuántos fueron los vínculos que unieron, desde 1582 a dicha Comunidad y esta Cofradía.
En efecto, el 28 de noviembre de 1582, el obispo de la diócesis don Pedro García de Galarza se erige en fundador y patrono de la Santa Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad del Monte Clavario, a la que unió los bienes de la Cofradía de San Antón, entre los que destacaba una casa en la calle de Peñas.
A la vez, nombrada la primera junta rectora de esta hermandad, porque la muchedumbre trae confusión su señoría elegido de los dichos hermanos por oficiales que la rijan, consignando los nombres y cargos. Fue su primer mayordomo Hernando Cambero Valverde.
En las mismas ordenanzas se establecían tres procesiones durante la Cuaresma y la Semana Santa: La primera a celebrar el Domingo de Pasión. Los cofrades, saliendo a las doce de la mañana, llevaban en unas andas Nª. Sra. de la Soledad, predicándose un sermón por un padre franciscano, volviendo la procesión a Santa María.
El Viernes Santo, después de medio día, se formaba en Santa María otra procesión que subía hasta el Calvario, predicándose allí el Sermón de la Soledad, por el mismo franciscano, trayendo profesionalmente hasta dicho templo la imagen de Nuestra Señora, cubierta de luto.
Permanecía Nuestra Señora en Santa María hasta la mañana del Domingo de Resurrección, en el que, tras la predicación de un fraile dominico, se trasladaba la imagen profesionalmente hasta su ermita.
Entre el siglo XVI y XVII la Ermita del Calvario debió ser objeto de grandes reformas o tal vez de una casi total reconstrucción, pues con fecha 14 de enero de 1602, el obispo Galarza comisiona, desde Coria, al párroco de Santa María y vicario eclesiástico, don Francisco Pacheco, para que procediese a la bendición de dicha ermita.
En 1635 el mayordomo de esta cofradía, Pedro García Laso, y el Padre Guardián del Monasterio de San Francisco, Fray Alonso Flores entraron en conflicto; al encargar, el primero, a los Dominicos la predicación de los tres sermones a celebrar en la Cuaresma y Pascua de Resurrección.
Para evitar el escándalo que supondría privar a los fieles del sermón que se celebrada en el Calvario el Domingo de Lázaro, y el desconsuelo espiritual a los vecinos de esta villa y forasteros (¡los primeros turistas de nuestra Semana Mayor!), que concurren a la grande devoción que hay en el Monte Calvario.
Se dictó orden por la que el sermón lo predicaría el Guardián de San Francisco, Fray Alonso Flores... tal se comunicó en la misma mañana de aquel Domingo (25 de marzo) al párroco de San Mateo.
En el siglo XVIII surgen litigios con la Administración, cada vez más dispuesta a gravar los bienes de las cofradías, invocando constantemente en su defensa el artículo VII del Concordato firmado por el Rey de España y Clemente XIII.
En 1747 esta Cofradía habrá de abordar una obra de consolidación de la Ermita, que se encargó al alarife garrovillano, Pedro Sánchez Lobato.
Por estos años tenemos constancia de la presencia de una imagen del Resucitado en la procesión del domingo de Resurrección. Contaba entonces la Cofradía con veintisiete caballeros, siete hermanos que portaban la imagen de N a .S’. de la Soledad y veintiún hermanos de luz, ya que el Santo Sepulcro era portado por caballeros.
En el siglo XVIII las corrientes antirreligiosas comienzan a hacer mella en nuestra población y la piadosa costumbre de subir hasta el Calvario, rezando el vía crucis o el rosario, al caer la tarde, e incluso en las primeras horas de la noche, se vio perturbada porque en el camino se mezclaban con las personas piadosas gente de otro jaez, provocando altercados y escándalos en los alrededores de la Ermita. Lo que determinó que el Obispo, el 23 de marzo de 1765 ordenase que tras la procesión con imagen de Nª Sra. De la Soledad, el Domingo de Pansión, se trajera hasta San Mateo, donde quedaría expuesta a la veneración de los fieles, tal se había venido haciendo con anterioridad en la Ermita del Calvario. Decisión, la del obispo diocenaso don Juan García Álvarez, que fue contestada con rapidez. Y, moderándose aquella, en el sentido de consentir la exposición de la imagen en la Ermita del Calvario, pero con la condición de no permitir a ninguna mujer salir de la muralla de la Villa después de anochecer, con pretexto de ir a visitar a Nuestra Señora, ni a hombre con máscara o cualquier otro disfraz.
Mientras tanto, en 1773, tras no pocas peripecias continuaban las obras de reconstrucción de la Ermita de la Soledad. Levantando las bóvedas que hoy cubren la nave del templo, obligando a reforzar el muro lateral de la Ermita, que da a la calle de Fuente Nueva; concediendo el Ayuntamiento un trozo de vía pública para construir dos contrafuertes enfrente del antiguo Hospital de los Padres de NI. Sa. de Valbanera; solicitando también el terreno, que quedaba entre ellos, para construir en él una habitación, accediendo el Ayuntamiento a lo solicitado, por acuerdo de 3 de agosto de dicho año. Pasando la Cofradía por no pocos apuros económicos, como consecuencias de dichas obras.
Veinticinco años después de la pretendida prohibición de que Nª Sra. De la Soledad permaneciese en la Ermita del Calvario, por los desmanes que en sus alrededores se producían, otro edicto, el 12 de enero de 1788, prohibió la ceremonia del Descendimiento, ordenando que el Sermón de la Soledad se predicase el Viernes Santo en la parroquia de San Mateo. Pero, al llegar aquel día, entre las once y las doce de la mañana, el párroco de dicha feligresía y varios cofrades se reunieron, decidiendo hacer procesión por la tarde con el Santo Sepulcro.
Comunicaron su acuerdo al Vicario y párroco de Santiago para que lo hiciera saber a los rectores de las otra parroquias. Conocedor el de Santa María de aquella decisión manifestó que no debía permitirse la tal procesión por ser nueva.
La procesión se celebró con la inasistencia de la parroquia de Santa María y de San Juan y salió a la calle sin conocimiento del Corregidor que no se atrevió a suspendería porque el pueblo ya se encontraba convocado en los alrededores de la Ermita, pero tomó diversas providencias, aunque no tuvieron efecto las multas que impuso si se verificaba por alzado de la mano a instancia de algunos sujetos.
El párroco de San Mateo prosiguió sus litigios, hasta el punto de no permitir de grado, ya que fue necesaria la intervención del visitador general de la diócesis, el que se trasladase, en la tarde del Sábado Santo, a Santa María la imagen del Resucitado para la fiesta, sermón y posterior procesión que desde aquel templo lo reintegraba a su Ermita.
El Real Decreto de Carlos IV (19 de septiembre de 1798), por el que las cofradías han de vender sus bienes y colocar los caudales obtenidos al 3 % de interés en la Real Caja de Amortización, supone el deshacerse de varias viñas que la cofradía poseía en Montánchez.
En el mismo reinado y en víspera de los sucesos de Aranjuez (diez días antes), que concluyeron con la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII, se expide la Real Orden de 9 de marzo de 1808 que autorizaba las nuevas ordenanzas de esta cofradía.
En ellas se manifestaba que tal hermandad había sido fundaba por la Nobleza de la Villa, cosa que no es rigurosamente cierta. Su directiva estaría constituida por el abad del cabildo eclesiástico; mayordomo, del estado general; diputado – mayordomo; tres diputados perpetuos de la principal nobleza, con otros tres supernumerarios, para las ausencias; y cuatro oficiales del estado general, con voz pero sin voto, excepto en la elección de mayordomo, diputado – mayordomo y secretario.
Se mantenía la procesión del Domingo de Pasión sin grandes novedades, excepto la de que cuatro caballeros llevarían la imagen de Nª. Sra. de la Soledad, alumbrada por otros tantos de la misma clase. Al llegar al Puente de Concejo, serían reemplazados unos y otros por hermanos del estado general que conducirían la imagen hasta el Calvario. Parece como sí, en los últimos estertores de la sociedad estamental, en el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen, se tratará por la nobleza de sostener hasta el extremo sus privilegios. En las Ordenanzas que comentamos, queda institucionalizada en la madrugada del Viernes Santo una nueva procesión que , con hachas y velas subía al Calvario, procesionando la imagen del Cristo Yacente que, sacerdotes, designados por el Abad, colocarían en la Cruz, mientras los cofrades actuarían de igual modo con las imágenes de los dos ladrones. Se seguiría celebrando la Procesión, que presidida por el Corregidor, acompañado de los alguaciles, subiría hasta el Calvario, para asistir a la ceremonia del Descendimiento.
Cuando no lo permitiese el tiempo, se llevarían el Santo Sepulcro y Nª. Sra. de la Soledad a la Ermita de la Paz, desde donde se procesionarían hasta Santa María, predicándose allí el sermón de la Soledad. También estipulaban estos estatutos la asistencia de los Frailes Franciscanos a estas procesiones, con la condición de que los cofrades de la Soledad asistiesen a los entierros de los profesos que fallecieran, siendo habitantes del Convento.
En 1867 esta cofradía crea un grupo de dieciocho soldados, alabarderos, vestidos a la romana, con un centurión y su cabo. Para regirlo se constituyó un REGLAMENTO, formado el 24 de febrero 1867. Los alabarderos montarían guardia en la Ermita desde el Jueves Santo, no pudiendo alejarse de ella más de diez pasos; de manera que para comer y descansar, se dispondría de una habitación de la propia ermita, sin que pudiesen marchar a casa y así, hasta concluir la procesión del Santo Entierro, en la que escoltarían la imagen del Cristo Yacente. Pagarían ocho reales para entrar a formar parte de aquella Milicia, con lo que ayudarían a la adquisición de su atuendo. Cuando hubieran servido cuatro años, como tales, podrían acceder a ser miembros de la Cofradía, sin necesidad de comprar la carta de hermano. Entre los que firmaron este compromiso, como primeros alabarderos del Santo Sepulcro, aparecen los nombres de Román del Amo, Laureano Velázquez y Juan Maestre.
Durante el obispado de Fray Pedro Nuñez Pernia se reglamentaron en la diócesis numerosas cofradías, aprobando sus Ordenanzas, de acuerdo con las nuevas disposiciones del Derecho Canónico.
Una de estas, fue la Cofradía de la Soledad, movida a ello por la carta orden fechada el 25 de abril de 1878. Según los nuevos estatutos, la directiva quedaría formada por el párroco de San Mateo; abad del cabildo eclesiástico; tres diputados, de los que el primero sería diputado – mayordomo; tres supernumerarios que ejerciesen en ausencia o enfermedad de los anteriores; un secretario; cuatro oficiales del estado general; portero y muñidor. El Secretario tenía la obligación de llevar la Cruz con el sudario en las procesiones del Domingo de Pasión y Viernes Santo y el estandarte en la de la Visitación y Resurrección.
Minuciosamente, se fijan las obligaciones de los cuatro oficiales. Debían ir en la mañana del sábado, anterior al Domingo de Pasión, a la Ermita de la Soledad, para fijar la imagen de Nuestra Señora sobre las andas, limpiar el templo y colocar frontales nuevos. En el domingo siguiente cuidarían de la imagen hasta la hora de la procesión. Durante las doce noche que permaneciese dicha imagen en el Calvario cada uno de ellos se quedaría allí durante tres. El miércoles prepararían el altar, donde se colocaría el Santo Sepulcro. Por horas, cuidarían la imagen del Cristo Yacente en la Soledad y el Viernes, tras la ceremonia del Descendimiento, uno de ellos quedaría en el Calvario recogiendo los efectos que allí hubiese. En la tarde del Sábado Santo llevarían hasta Santa María las imágenes de Nª. Sra. y del Resucitado y, de allí se trasladarían, a la Ermita, las del Cristo Yacente y de Nª. Sra. de la Soledad. Tras la procesión del Resucitado quedaría su imagen en la Ermita, expuesta a la veneración de los fieles, hasta la noche del Martes de Pascua, cuidando de ella dichos oficiales. Se seguía manteniendo en estas ordenanzas la procesión que, en la madrugada del Viernes Santo, llevaba la imagen del Cristo Yacente hasta el Calvario y se establecía el orden a seguir en la procesión del Santo Entierro, que se iniciaría al concluir la ceremonia del Descendimiento: Muñidor y Trompetero, abriendo paso. Dos banderas. Diecisiete cofrades de negro con sus estandartes. Los mayordomos con sus varas. Las cuatro cruces parroquiales. Todo el cabildo. Estado eclesiástico con capas piuviales. Cerrando el cortejo el presidente del Ayuntamiento con los porteros y alguaciles. El Santo Sepulcro lo portarían cuatro sacerdotes y otros tantos hermanos portarían a Nª. Sra. Otro sacerdote, en un azafate de plata, llevaría los clavos, martillo y corona. El Sábado Santo las imágenes se llevarían a la Soledad por el sitio más oculto. La Fiesta de Pascua se celebraría el Domingo de Resurrección a las siete de la mañana.
Durante todo el año se celebraría en la Ermita de la Soledad el Santo Rosario. A finales del siglo XIX la casi desaparición de esta Cofradía se manifiesta en un informe suscrito por el párroco de San Mateo, relativo a las establecidas en su circunscripción y en el que se asegura: Fue fundada en el siglo XVI, levantó la Ermita del Amparo (se refería al Humilladero). Sigue asegurando que los hermanos de la Cofradía de la Soledad son mas que nombre y que los primitivos estatutos se habían Perdido ya en el siglo XVIII, pues en diversas visitas pastorales se hacía constar así.
Conoce esta Cofradía en los primeros años del siglo presente un especial auge, con la incorporación a sus desfiles de hermanos de escolta, revestidos con capuchón y lujosas túnicas negras de cola. Innovación propulsada por el administrador de los Condes de Torrearias y Marqueses de Santa Marta (en cuya rama femenina venía recayendo el cargo de camarera de Nª. Sra. de la Soledad), don José Elías Prast, natural de Écija, que sintiendo añoranza de la brillantez de los desfiles procesionales de su tierra natal impulsó desde la Alcaldía de nuestra Ciudad (1906-1908) un resurgir de nuestra Semana Santa. Pero esta brillantez fue sólo aparente. Aquella lujosas túnicas las tuvieron que vestir, en algunos casos, los hijos de los concejales del Partido Conservador. Partido que aquí representaba el Marqués, administrado por el propulsor de aquella idea.
La procesión del Santo Entierro de 1937 contó con la nota exótica de una BANDA DE GAITEROS de la Legión Irlandesa, entonces, 1937, con Cuartel en Cáceres. Esta Cofradía en 1940, bajo la mayordomía de don José Rosado Mayoralgo, establece que la imagen de Nª. Sra. de la Soledad, en la procesión de tal nombre, con la que se restituía a su Ermita dicha imagen, fuera acompañada exclusivamente por mujeres. Mientras que a la del Santo Entierro, como entonces era costumbre en los sepelios de los mortales, sólo asistirían hombres. Conoció la Procesión del Santo Entierro en aquel año una asistencia inusitada de varios millares de hombres a los que la Cofradía entregó velas. La cabeza de la procesión, a través de Tiendas y Zapaterías, se encontraba en San Juan, cuando la presidencia no había salido de Santa María. Son años en los que el Partido gubernamental hace que sus distintas organizaciones participen en los desfiles procesionales, pero especialmente en los de la Cofradía de la Soledad y Santo Entierro y manus militaris, anuncia sanciones para los inasistentes.
El Jefe de la Falange cacereña, Hermano de Honor de la Hermandad, regala, en 1941, un manto de terciopelo negro, bordado en plata con el Escudo de Cáceres en sedas de colores y el yugo y las flechas. El manto se adaptó con dificultad a las antiguas andas. Por ello, en 1943 la Falange cacereña regaló a la Cofradía unas nuevas andas.
En los años sesenta, el estado lamentable en que se encontraba la Urna del Cristo Yacente obligaba a sustituirla. La Cofradía, sin recursos, no puede afrontar tal inversión, siendo (1964) la, entonces Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres, quien adquiere y regala a la Cofradía el paso del Cristo Yacente, que actualmente procesiona. Obra en talla, realizada en Madrid, siguiendo el modelo del Cristo Yacente del Pardo de Gregorio Fernández.
Recientemente esta Cofradía restauró con no pequeño, pero loable, esfuerzo la Ermita del Calvario, en la que todas las cuaresmas, celebra en la mañana del Domingo de Pasión Fiesta y Procesión por los alrededores.
La cofradía cuenta en la actualidad con unos 350 hermanos, entre carga y escolta, que tornan sus túnicas negras del Viernes Santo en las blancas con que acompañan a Jesús Resucitado y Nª. Sra. de la Alegría, en la mañana del Domingo de Resurrección.

PONTIFICIA Y REAL COF. DE NTRO. PADRE JESUS NAZARENO Y NTRA. SRA. DE LA MISERICORDIA

En visita pastoral el nuevo obispo diocesano don Pedro de Carvajal, celebra visita pastoral el día 1 de julio de 1608 en la parroquia de Santiago, donde canónicamente estaba establecida la Cofradía de la Misericordia que, en los años inmediatamente anteriores y bajo la mayordomía de Cristóbal Gutiérrez parece que llevaba una vida lánguida, limitándose a cumplir lo relativo al enterramiento de sus cofrades y encomendados y a la celebración de la Fiesta, con sermón, el día de la Purísima.
Al parecer el, a la sazón, mayordomo Juan Martín Ojalvo recibió orden del Obispo de adquirir, por trescientos reales, al escultor Tomás de la Huerta la imagen de un Cristo que se hizo para la cofradía, por mandato de Su Señoría, para la procesión de los nazarenos ciue se saca la semana santa”. Sin que la frase “para la procesión de los nazarenos que se saca la semana santa, presuponga la preexistencia de dicho desfile procesional, como lo prueba el que el domingo 8 de marzo de 1609 se reunieron varios clérigos y seglares para organizar la primera procesión con la imagen de Jesús Nazareno, tomando las disposiciones necesarias, atento tiene muchos hermanos, cada año se hacia procesión el viernes santo al romper el alba.
Comisionándose, para ir a Coria y obtener los permisos eclesiásticos necesarios, para hacer la nueva procesión, a Melchor Carrillo.
El 12 de abril, sin embargo, se acuerda que , por ahora respecto de algunos inconvenientes, que se ofrecen:- la procesión saliese el miércoles santo en la noche, a las nueve, tras un sermón.
En el desfile procesional se disponía llevar por insignia la imagen de Cristo Nuestro Señor, con su cruz a cuestas en significación de guando y va por la calle del Amargura, además de la imagen titular de la cofradía, visitando las cuatro parroquias para hacer estación ante el Santísimo Sacramento.
Los inconvenientes que exigieron el cambio de fecha y horas, podrían derivarse de la coincidencia con la que organizaba la Cofradía de la Soledad para llevar hasta el Calvario la imagen del Cristo Yacente o de la prohibición que el reciente Sinodo había formulado sobre la celebración de procesiones nocturnas.
Estaba previsto que en el primer desfile procesional de esta Cofradía, como penitencial: El estandarte lo llevaría un caballero; los cuatro diputados portarían las andas de Nª. Sra. de la Misericordia; cuatro hombres, ciudadanos, que se eligieren llevarían la del Nazareno y a mas IMÁGENES que se hicieren. Para llevar el pendón se nombró a don Gabriel de Saavedra y para regir la procesión se designó a don Juan de Carvajal y al alférez perpetuo de esta Villa, don Pedro Rol de Ovando. Su hábito morado se conserva para los hermanos de carga, sólo que el cíngulo de esparto con que se ceñia al cuerpo ha dejado de serio de tal materia para ser sustituido por lana amarilla.
El 30 de noviembre de 1618 se forman nuevas ordenanzas en las que la Cofradía ya se intitula: DE LA MISERICORDIA Y DE LOS NAZARENOS.
En 1771 las Ordenanzas de la Cofradía de Jesús Nazareno resultaban poco inteligibles. Por ello el 15 de Noviembre se reunían en la capilla de Jesús Nazareno y N’.S’. de la Misericordia, el mayordomo, el diputado mayordomo y los alcaldes. Entre las novedades introducidas era que la procesión de Semana Santa saldría a las cuatro de la tarde del Miércoles Santo, tras el oficio de tinieblas y sermón; además de la Fiesta de la Inmaculada, celebraría la Cofradía la de la Exaltación de la Cruz (14 de Septiembre). El día de la Purísima se realizaría otra procesión con la imagen de Nª. Sra. de la Misericordia, que también se procesionaría el día de la Octava del Corpus. Estas Ordenanzas se tardó años en aprobarlas, pues no lo fueron hasta el 26 de agosto de 1775. Año en el que la Cofradía encarga una Cruz de carey , con remates y cantoneras de plata, al artífice sevillano Pedro Barrés, para la imagen de Jesús Nazareno.
En 1806 se conceden a esta cofradía nuevas indulgencias a lacar el día de la Exaltación de la Cruz.
Se le discute en 1833, por la restaurada Cofradía del Espíritu Santo, los derechos a un vínculo, creado por don Andrés Andrada, y cuyo usufructo detentaba. En 1836 falleció doña Josefa Mostazo y con ello el vínculo creado por Andrés fue disputado a la de Jesús Nazareno por la del Espíritu Santo, pues fallecida la Señora Mostazo era a esta ultima a la que lee pertenecía. La de Jesús Nazareno, oponiéndose a dicha pretensión alegaba que la del Espíritu Santo y Nª. Sra. del Buen Suceso, prácticamente no existía y que su apresurada creación se debía al exclusivo deseo de conseguir aquellos bienes.
Pasaba la Cofradía por momentos graves en lo económico, tanto que su renta de 235 reales de réditos que no le alcanza para cera y aceite y las fiestas que celebra y gastos indispensables del miércoles santo.
Es lógico que, de este modo, la vida interna de la cofradía perdiese vitalidad y contenido hasta el punto que entre 1901 y 1915 apenas existe, reducida a su director espiritual y mayordomo. Sin embargo son años en los que la Cofradía aumenta su patrimonio artístico, así en 1904 se adquiere la imagen de María Magdalena, en 1914 se incorpora a su desfile procesional el paso de ‘Las Angustias’, adquirido en una exposición de arte religioso por el Rvdo. Sr. D. Santiago Gaspar, a la sazón ecónomo de Santiago. Y en 1916 doña Trinidad Cotrina regala “La Santa Mujer Verónica”.
Durante la mayordomía de don León Leal Ramos comienza a renacer la Cofradía a la que se dota de nuevos estatutos.
En la Semana Santa de 1927, siendo mayordomo don Julián Murillo, se establece una nueva procesión, LA DEL SILENCIO, adquiriéndose la imagen de Nª. Sra. De la Misericordia, cotitular de la Cofradía. Con esta procesión se renovaba el espíritu penitencial de la Hermandad y con la nueva imagen se intensificaba el culto a su primitiva advocación. Adquiriéndose el paso del Calvario durante la misma mayordomía y volviendo los encapuchados a nutrir las hileras que dan escolta a las sagradas imágenes.
Las convulsiones político – sociales que vive España en los años treinta obliga a la suspensión de las procesiones de Semana Santa en 1932, la cofradía que nos ocupa el 7 de marzo de dicho año tomó la decisión de no procesionar a sus pasos tradicionales en la madrugada del Viernes Santo. Decisión que fue seguida por las dos restantes, quedando Cáceres, como en 1809, ante el inminente ataque de la Francesada sin sus procesiones de Semana Santa.
Em 1934, el Ayuntamiento Cacereño negó la asistencia de la Banda Municipal de Música a las procesiones, alegando inconstitucionalidad, siendo la del Regimiento la encargada del acompañamiento musical de los desfiles pasionistas.
Fue necesario modificar el tradicional itinerario de la procesión de la Madrugada del Viernes Santo, suprimiendo del mismo la Cuesta de la Compañía, a causa de la modificación introducida en el perfil de la misma con la construcción de una escalinata en su porción última. Estableciéndose así el itinerario que hoy se sigue, pero perdiendo el que tradicionalmente se había recorrido.
Fueron los desfiles procesionales de aquel año pródigos en el canto de saetas, a causa de la existencia de un gran contingente de soldados andaluces en la guarnición de Cáceres. Ese mismo contingente, que había adornado el paso de Nª. Sra. de la Misericordia, pidió y obtuvo el honor de ser ellos los encargados de entrar el paso en el templo de Santiago, cerrando así los desfiles procesionales de aquel año. Novedad importante se produce en 1940, siendo obispo diocesano Fray Francisco Barbado Viejo, con el establecimiento del Besapiés de la imagen de Jesús Nazareno en el primer viernes de Cuaresma.
En la Semana Santa de 1941, se establece la salida de la Procesión a la una de la madrugada y se busca un itinerario que se juzgó más cómodo, soslayando los Adarves y la Cuesta del Maestre, pero cuando sobre los dieciocho hombres, que portaban el paso del Calvario, se dejaron sentir las penalidades pasadas y las privaciones presentes, a duras penas alcanzaron el alto de la calle de Gral. Margallo.
Conoce la Cofradía una inusitada importancia en los años cincuenta, bajo la mayordomía de don Santos Floriano Cumbreño y el entusiasta trabajo de una nueva directiva en la que cabe destacar la ilusión y el trabajo, puesto a contribución de ello de Manuel Álvarez Almenara. Nunca en la Cofradía habían procesionado un número tan cuantioso de hermanos de escolta, como los que por aquellos años lo hicieron, con la novedad de muchas hermanas penitentes.
Ya en 1947 se habían adquirido nuevas andas para la imagen de Jesús Nazareno y, al comienzo de los cincuenta, había dejado de ser habitual el concurso de hermanos sin hábito para portar determinadas imágenes, tal como había sido frecuente hasta 1949.
En 1953 se estrena la actual Cruz de Guía, siguiéndose con una renovación de las andas, ampliando las de todos sus pasos procesionales, tarea a la que quedó vinculado el nombre de un tallista y carpintero local, Venancio Rubio.
Del mismo modo que, la concurrencia de un número ingente de hermanos de carga hace necesario ampliar el número de pasos pues, a pesar de las ampliaciones de las andas, aquellos desbordaban las necesidades de la Cofradía. Es por lo que se adquiere el paso de “La Caída”, incorporándolo al desfile procesional de la Madrugada del Viernes Santo, que así contaba con siete pasos. Hoy lo hace con ocho, por incorporación de la “Exaltación de la Cruz”, que se adquirió, también en aquellos años de los cincuenta, para desfilar en la procesión del Silencio que tradicionalmente iniciaba su desfiles procesional a las doce de la noche del Viernes Santo, pero que con las Reformas Litúrgicas llevadas a cabo al final del pontificado de Pío XII, al declararse el Sábado Santo día de luto, fue trasladado a la tarde de dicho día sumándose entonces a su desfile procesional al citado paso de la Exaltación de la Cruz.
Si en los primeros años de aquella reforma la Vigilia Pascual se celebró puntualmente a las doce de la noche. Con el tiempo esta Liturgia se fue adelantando en muchos templos con lo que era un contrasentido un desfiles penitencial en la calle, mientras en el templo se entonaba el Aleluya pascual y las campanas tocaban a gloria.
La procesión se trasladó entonces a la tarde del Lunes Santo y después a la del Domingo de Ramos, procesionando en ella la imagen del Señor Caído, tal se hace. Mientras, el paso de la Exaltación de la Cruz pasó a ser procesionado en la de la Madrugada del Viernes Santo, como se ha adelantado.
Cuenta actualmente esta Cofradía con casi tres mil hermanos.
Durante tres siglos no conoció Cáceres otras cofradías penitenciales, pero sí conservó estas tres cofradías que, salvo en casos extremos, no dejaron de hacer acto de presencia en las calles de la Ciudad, con sus desfiles procesionales, ni de celebrar cultos en honor de sus advocaciones titulares.


COFRADÍAS FUNDADAS EN EL SIGLO XX

COF. DE LOS RAMOS, NTRA. SEÑORA DE LA ESPERANZA Y CRISTO DE LA BUENA MUERTE

En una parroquia cuya circunscripción se encontraba entonces en plena expansión urbana, la de SAN JUAN EVANGELISTA, la única, de las cuatro parroquias históricas, de Cáceres que carecía de cofradía penitencial.
En 1946, a impulsos del párroco, don Julián Macías, se funda dicha cofradía, contando con la colaboración de Abelardo Martín, su primer mayordomo, y Dámaso García Rodríguez, entre otros.
En la Semana Santa de 1947, una nueva procesión, añorada durante muchos años, el Domingo de Ramos, con el paso realizado por Artes Cristianas de Olot, fu recibida por el pueblo de Cáceres con gran alborozo.
En la de 1948, el Miércoles Santo procesiona por vez primera, estrenando la imagen de Nª. Sra. de la Esperanza, con paso de palio y andas labradas en madera. Se suma a esta en dicha procesión una interesante talla del siglo XVII, Cristo de la Buena Muerte, a la que se venía dando culto en aquel templo parroquial desde antiguo.
Con sus túnicas blancas ceñidas con cordones de lana amarilla y capelina o muceta de color morado (sus hermanos de carga), mientras que los de escolta añadían a su túnica capuchón y capa violeta. A los que se sumaron un buen número de señoras y señoritas ataviadas con la clásica mantilla española dieron a este desfile procesional del Miércoles Santo una impronta de renovación que hizo jugar a esta Cofradía al papel de revulsivo de las tres centenarias cofradías de la Ciudad.
En 1951 se estableció por esta cofradía una nueva procesión que tenía lugar en la tarde- noche del Martes Santo, bajando hasta la cárcel, donde liberaba un preso, condenado por delito fiscal, previo pago de la multa pendiente.
En tal procesión figuraba el Cristo del Perdón y una imagen de Nª. Sra. De la Merced que se venera en la capilla de aquel centro penitenciario.
Mantiene esta cofradía la citada procesión en el mismo día, procesionando una imagen antigua procedente del desaparecido pueblo de Granadilla. Se trata de un antiguo Nazareno que hoy se presenta como Jesús Cautivo:
En los años cincuenta la imagen de Nª. Sra. de la Esperanza desfila ya en un Paso de Palio, cincelado todo él en metal que fue y sigue siendo el más valioso de todos los pasos que, en Cáceres, sirven para portar a las advocaciones marianas, enriquecido con nueva candelería y peana, tal se estrenó en la Semana Santa de 1998.Cuenta hoy esta Cofradía con seiscientos treinta hermanos.
En el año 2003, dicha cofradía nombra a Su Majestad el Rey hermano de honor de la misma, cuyo nombramiento aceptó, en el curso de ese mismo año.

COF. DEL SANTISIMO CRISTO DEL HUMILLADERO Y MARIA SANTISIMA CORREDENTORA

La restauración de la Ermita del Espíritu Santo, el establecimiento de culto en la misma tras muchos años de interrupción, el nacimiento de una nueva barriada, la de “Carneril”, auspiciada por el párroco de San Mateo, don Santiago Gaspar, pionera de la actual de “Llopis Iborra”, y la amplia labor de apostolado llevada a cabo en la zona por la citada parroquia de San Mateo, facilitaron en 1950 la restauración de la Cofradía, que fuera Sacramental, del Espíritu Santo (fundada en 1582), ahora con carácter penitencial, titulada Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte del Espíritu Santo, que el Jueves Santo de 1950, desfiló delante de la Cofradía de la Vera Cruz.
Más tarde, al constituirse aquella zona en circunscripción de una nueva parroquia, creada en 1956 bajo la advocación de Espíritu Santo, se desvinculó de aquella y dejó de desfilar por el centro de la Ciudad, haciéndolo exclusivamente por la Barriada.
Fue entonces cuando el tallista local Venancio Rubio talló para ella una imagen, copia de la Dolorosa de Salzillo, que hoy se venera, bajo la advocación de María Corredentora, incorporándola al desfile procesional de esta cofradía actualmente denominada tal aparece en el encabezamiento de esta reseña.
Cuando hoy con unos cuatrocientos hermanos, cuya extracción social sigue siendo la que a finales del Siglo XIX le atribuye el párroco de San Mateo en un informe realizado sobre el estado en que se encontraban las cofradías existentes en su jurisdicción: establecida principalmente por la clase proletaria.
No era en 1950 la primera vez que se restauraba esta Cofradía, ya lo había sido en 1833, cuando el 24 de Febrero se realiza una reunión en la Sacristía de San Mateo, promovida por el párroco de la misma, don Pedro Chaves Flores y a la que asistieron los siete miembros supervivientes de la misma (Antonio Merino, Manuel Cirilo, Antonio Clavel, Francisco Carrasco, Miguel Gómez, Pedro Guerra y Juan Espada).
En la reunión se puso de manifiesto la penuria de la misma, pues sólo contaba con su enorme antigüedad. Privada de sus documentos, destruidos por la francesada.. Su ermita arruinada, como consecuencia del trato recibido durante su utilización como hospital militar y estancia de los de Napoleón. La imagen de su titular, el Cristo del Espíritu Santo, se suponía en casa de una particular, doña Isabel, viuda de don Faustino Gómez. Sin otros bienes que las escasas rentas que le producían los depósitos de los que le fueron enajenados en la desamortización de Carlos IV, y los posibles derechos a un vínculo, creado por don Andrés Andrada, cuyo usufructo le discutiría la Cofradía de Jesús Nazareno.
Pese a tan crítica situación, los reunidos escucharon del párroco de San Mateo estas palabras: siendo dependiente de su parroquia la mencionada ermita y cofradía no podía consentir que mientras existiesen hermanos que la sirviesen se considerase extinguida sino que debía promover su religiosidad a favor de su reparación y aumento.
Allí se señalaron las primeras metas de aquella cofradía: Recuperación de sus cultos e imagen de su Cristo titular que se colocaría en el templo parroquial, extensión de la cofradía e investigación de sus bienes. Se nombró mayordomo de la restaurada hermandad a don Eleuterio Álvarez. Estableciendo que su fiesta principal se celebraría el día de Pentecostés. Se procedió a la elaboración de estatutos, 20 de marzo de 1833, que fueron aprobados por el obispo diocesano don Ramón Montero, tres días después, el 23. En ellos la Cofradía se fijaba como especial meta al fomento del culto al Santísimo Sacramento, llevarlo a los enfermos en forma de viático con la mayor pompa y solemnidad posible.
Se establecía la Hermandad en el templo de San Mateo, hasta tanto se habilitase su Ermita.
Además de misas y responsos por los cofrades difuntos, adquiría la obligación de alumbrar con cera al Santísimo en el templo de su sede. El obispo, de gran fervor eucarístico, justificaba la aprobación, de aquellos estatutos en la necesidad de que Cáceres contase con una cofradía sacramento y el abandono en que se tenían las MINERVAS MESUALES, seguramente recordando las procesiones que con tal nombre se celebran en Madrid, en la Octava del Corpus; él era natural de Fuencarral.
Cuando la Cofradía se encontraba en trance de organización, hacia 1836, falleció doña Josefa Mostazo y con ello el vínculo creado por don Andrés de Andrada, fue disputado por la Cofradía de Jesús Nazareno a la del Espíritu Santo, dirigida por un mayordomo, Benito Mogollón, que reclamó para su hermandad los bienes de aquel vínculo, pues tras la muerte del último familiar del Sr. Andrada era a la del Espíritu Santo a la primera que le correspondía. A ello se oponía la de Jesús Nazareno, alegando que la del Espíritu Santo y Nª. Sra. del Buen Suceso, prácticamente no existía y que su apresurada creación se debía al exclusivo deseo de conseguir aquellos bienes.
Cuenta esta Cofradía en la actualidad con poco más de cuatrocientos hermanos. Procesiona por las Barriadas del Espíritu Santo, Carneril y Llopis Iborra, en medio de un ambiente popular particularísimo. Sin que falte algún año en el que procesiona por las tradicionales calles de los itinerarios procesionales cacereños.
Su desfile procesional se inicia a las doce de la noche del Jueves Santo y hace pocos años incorporó al mismo una magnífica talla de Amarrado a la Columna, que durante más de dos siglos procesionó la Cofradía de la Vera Cruz, a la que allá en el siglo XVII le fue donada por Francisco Carrasco, un capitán cacereño que había estado en Indias y la trajo de Sevilla.
Es este Amarrado talla barroca que puede enmarcarse en el círculo artístico de Pedro Roldán.

COFRADIA DEL SANTISIMO CRISTO DEL CALVARIO (DE LOS ESTUDIANTES)

En 1958 desfilaba por vez primera esta Cofradía, procesionando una magnífica talla de escuela castellana del siglo XVII, que algunos consideran salido de círculos cercanos a Gregorio Hernández.
Fue auspiciada la fundación de esta hermandad por la Comunidad Franciscana, guardiana del Convento de Santo Domingo y regidora del Colegio de San Antonio, así como por un grupo de entusiastas cofrades, entre ellos Jesús Asunción.
Siempre ha procesionado en la mañana del Viernes Santo, al filo del medio día, con su capirucho y capa blanca, túnica negra y cordón franciscano.
Durante años, en su desfile procesional se dirigía hasta la Plazuela de San Jorge en pleno corazón del Barrio Monumental de Cáceres, donde se procedía al rezo del Vía Crucis.
En 1992 estrenó nuevas andas para el crucificado, realizadas en madera tallada y barnizada.
Cuenta esta Cofradía en la actualidad con más de quinientos hermanos.
Estas tres cofradías, sin interrupción y desde el momento de su fundación; han venido anualmente celebrando sus desfiles procesionales, solo interrumpidos por circunstancias meteorológicas, aunque en los años sesenta y setenta se sintieron afectadas, del mismo modo que las más antiguas, por las circunstancias derivadas de la corriente de descristianización que invadió a Europa y a España.
Con la fundación de estas tres cofradías, el número de tres que durante siglos eran las existentes en Cáceres, se duplica en sólo doce años.
Las correspondientes a fundaciones o restablecimiento de las mismas, efectuados alrededor de los años noventa.

EXCMA.E ILUSTRE COFRADIA-HERMANDAD PENITENCIAL DEL SANTISIMO CRISTO DE LAS BATALLAS Y MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES

Tras varios años sin procesionar, vuelve a hacerlo en 1985.
Esta cofradía fue auspiciada por las comisiones provinciales de Mutilados y Excombatientes, fundándose en 1951 y no desfilando hasta 1953, en la tarde del Viernes Santo, delante de la Cofradía de la Soledad y Santo Entierro, además de los mutilados y excombatientes ingresaron en ella muchos miembros de las fuerzas armadas y de la guarnición de Cáceres. Procesionó en sus comienzos un Crucificado venerado en Santa María y más tarde encargó su imagen titular, labrada en madera y réplica del Cristo de las Batallas (imagen en terracota que presidía la capilla de campaña de los Reyes Católicos), venerado actualmente en la abuiense capilla de Monsén Rubí. Durante muchos años marchaba procesionalmente hasta la Cruz de los Caídos, desfilando en gran parte de su recorrido por la parte moderna de la Ciudad.
Como se ha dicho, tras varios años sin procesionar, volvió a hacerlo, con un carácter marcadamente civil, en 1985, incorporando a su desfile procesional, del Lunes Santo, en 1986, la talla de Nuestra Señora de los Dolores, imagen del siglo XIX de escuela madrileña, venerada en el templo parroquial de Santa María desde que, en 1874, la adquiriese la familia Mayoralgo.
En los años noventa se sumó a su desfile procesional del Lunes Santo, la imagen del Cristo del Refugio.
Impresionante crucificado, procedente del templo conventual de San Francisco el Real, a Extramuros de la Ciudad.
Desde 1989 esta cofradía estableció un segundo desfile procesional a celebrar en la tarde – noche del Sábado Santo, sacando en procesión, en sus primeras ediciones, la antigua imagen de Nª. Sra. del Buen Fin. Imagen que fue sustituida dos años después por otra de nueva factura, que se bendijo bajo la advocación de Nª. Sra. del Buen Fin y Nazaret.
Cuenta actualmente esta Cofradía con novecientos sesenta hermanos, siendo su hábito túnica negra con capa y capuchón rojo, mientras que los hermanos de carga cambian el capuchón por verduguillo del mismo color.

LA MUY SOLEMNE, VENERABLE Y PONTIFICIA COFRADIA HERMANDAD PENITENCIAL DEL SANTO CRUCIFIJO DE SANTA MARIA DE JESUS (CRISTO NEGRO)
Se vuelve a fundar, ahora con carácter penitencial, en 1986 la que el 3 de mayo de 1490 se fundase, con el título de Cofradía del Santo Crucifijo de Santa María y con un carácter, marcadamente asistencial, de ayuda mutua entre sus cofrades, en caso de su fallecimiento.
Su imagen titular ayer como hoy se venera en la capilla mortuoria de los Blázquez en el templo de Santa María, actual concatedral de la diócesis. En sus primitivas regias limitaba el número de sus miembros a cuarenta y ello porque esta cofradía tiene poca renta y si hubiere muchos cofrades se perdería.
Entre las obligaciones religiosas de los hermanos estaba la asistencia a las vísperas y fiestas de la Invención de la Cruz; a la misa mensual que se celebraba por los cofrades muertos y vivos; a los entierros de los cofrades, esposas e hijos, incluso si se celebrasen en San Francisco. Es más el cofrade designado por el mayordomo tenía la obligación de enterrar al difunto. Se admitía también el que personas, no cofrades, encomendasen a la Cofradía su entierro, haciendo a la misma destinataria de alguna limosna.
La celebración de la Fiesta de la Invención de la Cruz, como ya se ha dicho fue objeto de disputas y pleitos entre la que nos ocupa y la de la Vera Cruz, en 1625. Sin embargo desde el 5 de noviembre de 1727 en que el Obispo don Sancho Antonio de Velunza de Cocuera establece la Fiesta principal de la Cofradía en la dominica siguiente a la de la Invención de la Cruz, señalándosele también la obligación de celebrar las de San José, San Jorge, San Juan Bautista y San Pedro de Alcántara no aparecen referencias documentadas, que sepamos, a la citada Cofradía del Cristo Negro.
Desde 1989 en que se refundó, ahora con carácter penitencial, inicia su desfile procesional el Miércoles Santo al dar las doce de la noche, desarrollándolo por el interior del recinto amurallado, que se muestra incapaz para acoger al gentío que lo presencia, pues es uno de los desfiles procesionales que mayor atención despierta, tanto en propios como en foráneos, para presenciarlo.
La talla del Cristo Negro, sumaria, el propio color de la madera en que se talló, la tradición, hecha leyenda, y lo íntimo y recoleto de la capilla, envuelta en la oscuridad, en que se venera, han dado a este Crucificado, que bien puede datarse a finales del siglo XIII o en el XIV una unción especial.
El número de sus hermanos activos está limitado a cincuenta, heredando en esto el espíritu de la antigua hermandad. Se cubren sus hermanos, indistintamente de carga o escolta, con capucha que al igual que el resto del hábito es negra.

COFRADIA PENITENCIAL DEL SANTO CRISTO DEL AMPARO

Se funda en 1989, tomando como advocación al Cristo del Amparo, cuya cabeza llegó a Cáceres, traída, no se sabe de dónde, por el don Diego Durán de Figueroa que lo expuso al culto en lo que quedaba de un antiguo humilladero, situado en el camino al Santuario de la Patrona de Cáceres, y propiedad de la Cofradía de la Soledad y Santo Entierro, que el día 2 de julio de 1671 acordaba cederle el Humilladero, existente junto a la Vía Sacra que conducía al Calv con la obligación, por parte de Don Diego, de realizar determinadas obras de reconstrucción y ampliación de dicho Humilladero. Obligándose también a cuidar del culto y alumbrario, a lo largo de su vida, así como a pedir permiso a la Cofradía, si hubiera necesidad de sacar de allí la imagen, con la condición de que la limosna que se ¡untase a de ser para él en su tiempo.
Al mismo tiempo, se estipulaba que la imagen y la ermita, a la muerte de don Diego, revertirían a la Cofradía.
Muere don Diego en 1682, con las obras de reconstrucción de la ermita inconclusas, haciéndose cargo de las obras pías y de la memoria de misas, el testamentario de aquel y capellán de estas, don Francisco Durán Berrocal, a cuyo cuidado estuvo la limpieza, mantenimiento de la ermitaña y culto de la ermita; concluyendo también en tal tiempo las obras proyectadas por el finado, sin que nadie, al parecer, cuestionarse su patronato.
Aunque semiderruido en 1672, debajo de un trozo de bóveda, se había instalado precipitadamente la imagen del Cristo del Amparo, que fue llevado hasta allí procesionalmente, según se afirma, en “olor de multitud”.
Fue procesionado más tarde, con motivo de la Misión, celebrada en 1700 en Santa María, según fue el deseo de su director, el franciscano José de Aguilar, que proyectó como colofón de aquella la realización de una Procesión General, presidida por dicho Cristo, el 24 de enero. Hubo disputas entre el testamentario del Licenciado, la Cofradía de la Soledad, porque ésta exigía para sí el derecho a procesionar dicho Cristo, y los párrocos de Santa María y San Mateo que pretendían cada cual por su parte presidir la procesión. Concluyeron todas ellas, cuando el provisor del obispado decretó traer la imagen del Cristo del Amparo a la Ciudad, disponiendo el testamentario don Francisco Durán Berrocal todo lo necesario para la procesión: hombres, andas y horquillas.
Tras este incidente se abrió en el seno de la Cofradía de la Soledad la idea de reivindicar para sí imagen y ermita.
Falleció, entre tanto, en 1701, la primera ermitaña, en la larga lista de las que hicieron posible que la ermita no corriese la misma suerte de destrucción y abandono que sufrió la del Calvario. Era ella Catalina Jiménez, La Cotrina, mujer de gran devoción hacia la imagen del Cristo del Amparo. Como al asunto de la posesión de la ermita y la imagen eran conflictivas, se cerró de momento el templo, hasta tanto se hiciese inventario, allá por el mes de septiembre. Haciéndose después, cargo de la ermita ¡sabe¡, la hija de la ermitaña fallecida.
Las dañadas relaciones entre Cofradía y patrono o testamentario se resolvieron con la propuesta de arreglo que partió de este último, consistente en que durante los trece días que la imagen de Nª. Sra. de la Soledad permanecía en el Calvario no se pondría en la ermita mesa petitoria ni cepillo.
La anual procesión de penitencia se inicia en las últimas horas de la noche del Martes Santo, transcurriendo, en sus inicios, por un camino, donde se mezclan los espacios abiertos y las primeras construcciones del caserío de la Ciudad. Su bajada hacia la Fuente del Concejo es digna de presenciarse desde la vertiente opuesta del cauce de la Ribera cacereña.
Esta Cofradía es de carácter netamente penitencial, no lleva música, se alumbran sus penitentes con faroles, vistiendo túnica negra y capuchón y capa morada. Cuenta la citada cofradía en al actualidad con quinientos setenta y seis hermanos.

HERMANDAD PENITENCIAL DEL CRISTO DEL AMOR

Se erigió canónicamente debido al anterior obispo diocesano Monseñor Domínguez Gómez que aprobó sus estatutos el día 27 de octubre de 1989, siendo su primer mayordomo, Agustín de la Osa Acedo.
En la tarde del Domingo de Ramos de 1990, salía por primera vez en desfile procesional y lo hacía con un itinerario que sorprendió por su amplitud.
El Cristo del Amor era una imagen moderna, adquirida en su día por la Comunidad de Hijas de María Madre de la Iglesia, que lo venera en su capilla conventual de Santa Gertrudis.
La nueva Cofradía quedó erigida canónicamente en la parroquia de San José a cuya jurisdicción pertenece dicha capilla.
Años después se sumó al desfile procesional, una antigua imagen que, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Caridad se venera hoy en repetida capilla. Y que llegó a Cáceres procedente de una población de la provincia: Santiago del Campo. Más tarde, ha adquirido, para ser procesionado, un Ecce Horno, procedente de un retablo, obra, según se afirma, de Andrés de Ocampo, que en estos momentos se venera también en la citada capilla.
El desfile procesional de esta hermandad se realiza en la tarde noche del Jueves Santo, cuenta con seiscientos sesenta y cinco hermanos que llevan túnica color crema y capirote azul.
Su procesión tiene la peculiaridad de que las andas del Cristo no salen por la angosta puerta de la capilla, siendo necesario sacarlo a brazos, no sin gran trabajo y habilidad, para colocarlo en las andas que esperan a la imagen en la calle.
Mientras que la imagen de Nuestra Señora es previamente llevada al templo parroquial de donde sale en sus andas, no sin pocas dificultades. Cuenta esta Cofradía con coro propio, así como con Banda de Cornetas y Tambores, que visten a la romana.

HERMANDAD DE PENITENCIA Y COF. DE NAZARENOS DE NTRO. PADRE JESUS DE LA EXPIRACION

En la Cuaresma de 1992 un grupo de personas presentaban para su aprobación, si procedía, los Estatutos de la Nueva Hermandad.
Con fecha 7 de abril de 1992 el actual Obispo de la Diócesis, Mnsr. Benavente Mateos decretaba su fundación.
Se erigió canónicamente en la Ermita de Nª. Sra. de Gracia, situada a unos diez kilómetros de la Ciudad y en las inmediaciones de lo que fuera la Calzada romana de la Vía de la Plata.
Su advocación titular es la de la imagen de un Crucificado desde siglos allí venerado. Talla de un Cristo exánime, que puede datarse a finales del S. XV o comienzos del XVI. Siglo este último en el que se construye la citada ermita.
Procesiona con toda solemnidad, en la mañana del Viernes Santo, a lo que contribuye su hábito de raso compuesto por túnica negra y capa, fajín y caperuza azul. Sus hermanos de escolta alumbran con velones procesionales de cera (siendo una, de la únicas dos que en Cáceres utilizan estos velones).
En la actualidad forman esta cofradía unos trescientos hermanos.

COFRADIA DE LA SAGRADA CENA

Sus orígenes hay que buscarlos en la Comisión formada por un grupo de cacereños, que en la noche del 20 de diciembre de 1993, bajo los auspicios del Obispado cacereño y la presidencia del Rvdo. Sr. D. Felipe Fernández Peña, Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías se reunieron con el sólo propósito de dotar a la Semana Santa Cacereña del Paso de la Sagrada Cena en el momento de la Institución del Sacramento de la Eucaristía.
Aspiración que se venía dejando sentir desde mediado de los años cincuenta. La trascendencia del momento a representar y, en segundo término, la importancia de una ciudad, por cuyas calles iba desfilar, declarada Patrimonio de la Humanidad, exigían que el paso respondiese a unas excelentes características artísticas.
En la tarde del Domingo de Ramos de 1995 se estrenaba la primera y principal imagen (de las trece que formarán el conjunto, la del Señor de la Eucaristía), en el desfile procesional de Nª. Sra. de la Misericordia que organiza la Cofradía de Jesús Nazareno y Nª. Sra de la Misericordia.
Formando parte de idéntico desfile procesional, en 1996 se incorporaban al Paso las dos primeras imágenes, del apostolado, las de San Judas Tadeo y San Juan Evangelista.
El clamor unánime de los cacereños de que tal Paso procesionase en el día del Jueves Santo, deseo que también expresó una buena parte del clero de la Ciudad, hizo reflexionar a los miembros de la Comisión de la conveniencia de canalizar tales inquietudes, a través de una nueva Cofradía, más acorde con el Misterio que su paso titular representaba.
El 25 de abril de 1996 se auto disolvía la Comisión, según acuerdo, tomado por unanimidad de los que la componían, nombrándose una Comisión Gestora, encargada de elaborar y presentar las Ordenanzas de la nueva Cofradía, para su preceptiva aprobación y fundación de la misma.
Por decreto (23 de mayo de 1996) del actual Obispo de la Diócesis de Coria – Cáceres, Excmo., y Rvdmo. Señor Don Ciriaco Benavente Mateos se aprobaron aquellas “ad experimentum” y se erigió canónicamente la nueva Cofradía en el Templo parroquial de Santiago el Mayor de Cáceres( templo conocido como el de Santiago de los Caballeros).
Tras el Decreto de Fundación, el 28 de mayo siguiente, celebró Junta General Constituyente, contando con 332 miembros que adquirieron el carácter de fundadores. La nueva Cofradía desfiló, por primera vez, como tal , en la mañana del Jueves Santo 27 de marzo de 1997, incorporando en aquel desfile dos nuevas imágenes del apostolado, a las ya existentes, la de San Pedro y Santiago.
La nueva Cofradía desfiló, por primera vez, como tal, en la mañana del Jueves Santo 27 de marzo de 1997, incorporando en aquel desfile dos nuevas imágenes del apostolado, a las ya existentes, la de San Pedro Y Santiago.
Dicho desfile procesional congregó a un buen número de fieles para presenciar su paso a través de las calles del itinerario.
Su hábito incorpora, por vez primera en Cáceres el terciopelo (color burdeos) del que está confeccionado el capuchón de los hermanos de escolta y la muceta o capelina de los de carga.
Cuenta en la actualidad: Con novecientos setenta y nueve cofrades; Banda propia de cornetas y tambores, con más de cincuenta componentes; Coral y Escuela de Saetas. Con esta cofradía, la duodécima de las existentes en Cáceres, se alcanzaba un número de seis nuevas cofradías en el espacio de tiempo que hemos llamado el alrededor de los años noventa, tanto por nueva fundación como por restablecimiento de una, ya existente, con lo que desde 1987 a 1997, el número de cofradías penitenciales en Cáceres se volvía a duplicar, con respecto a las fundadas y mantenidas hasta 1980. Crecimiento este, que va acompañado de una constante mejora de sus desfiles, aumento del número de sus hermanos y participantes en dichos desfiles, prueba del auge constante de la Semana Santa Cacereña.


Otras webs que consulté no fueron tan interesantes, un claro ejemplo de ello es la página:
http://www.turismoextremadura.com/fiestas/index.php?id=105 Se remite a comentar posibles opciones a la hora de alojarse, y sin embargo no ofrece casi ningún enlace donde pueda uno conocer más aspectos de una fiesta tan celebrada en esta ciudad. Para mí es una pésima página, al menos en lo que este apartado se refiere.

Otra webs que me ofreció google es:
http://www.catolicos.com/semanasantaespana.htm Es una página de la semana santa de algunas localidades españolas, pero entre ellas no se encuentra cáceres. Ofrece un enlace para la de Badajoz, otra para extremadura en general y algunas de los pueblos de la región. En el enlace de Extremadura ponen un vínculo con la de la Ciudad de Cáceres, pero este vínculo nos lleva hasta la página de turismo, la mencionada anteriormente.

Una página que si recomiendo es la página oficial de la Cofradía del Cristo Negro, aquí podremos descubrir multitud de curiosidades, la página es: http://www.cristonegro.com/ Ofrece muchos enlaces para descubrir más cosas, ENTRAD ES UN CONSEJO, para aquellos que les guste esta fiesta.

P.D.: las fotos que ponga en esta entrada son de cosecha propia en estos últimos años.